Aplausos y cifras
En estos días de recogimiento forzado y de meditación y a la espera de mejores noticias sobre la pandemia, se observan dos tipos de actitudes en nuestra sociedad: la de los aplausos y la de las cifras.
En estos días de recogimiento forzado y de meditación y a la espera de mejores noticias sobre la pandemia, se observan dos tipos de actitudes en nuestra sociedad: la de los aplausos y la de las cifras.
Cualquier día de estos nos despertaremos con la noticia de que un grupo de operarios ha levantado la losa del Valle de los Caídos y ha trasladado los restos allí enterrados.
Los cielos republicanos son rojos, amarillos y morados. Sus horizontes son de justicia y de libertad; una democracia de trabajadores de toda clase. Los infiernos …
Hay algo que todas las tonterías que vemos a nuestro alrededor nunca podrán cambiar, y es el derecho a la opinión y al juicio, en …
No va este artículo ni de Tutankamón ni de Psusenes I, dos de las momias más famosas del legado egipcio; voy a tratar, con el …
El gato le dijo a Alicia: No estoy loco, mi realidad es, simplemente, diferente a la tuya. El viernes el presidente Sánchez convocó elecciones para …
No puedo evitarlo, soy un sentimental. Me emociono frente a ciertos paisajes; cuando veo a una niña o a un niño jugar en un parque; cuando un perro acude a la llamada de su dueño meneando el rabo. Me emociono. Sobre todo, cuando compruebo que la gente es capaz de aprender de sus antiguos errores.
Ante una Convención Nacional de entusiastas y enardecidos militantes del PP, su líder Pablo Casado se ha mostrado exultante y hasta feliz. El hombre se ha tragado aquello del presidente andaluz Juanma Moreno de que: “La ola de cambio del sur no para en Despeñaperros, llegará a La Moncloa.”
España es un país de sentimentales, de eso no se escapa ninguna de las viejas nacionalidades que la componen.
A primeros de este siglo, allá por el año 2001 o 2002, apareció un juguete que era un peluche robot bajo el nombre de Furby. El bicho mecánico tenía la facultad de decir algunas frases según el momento; incluso era capaz de “aprender” de los propios niños. Su inteligencia artificial básica apoyada en una programación elemental permite una simulación de aprendizaje comunicativo y dar la apariencia de que concibe un carácter y personalidad propia. Los Furbys empiezan hablando únicamente en “Furbish”, un idioma propio de pocas palabras, de expresiones simples y sonidos varios, pero está programado para hablar cada vez menos “Furbish” y más en el idioma del país de implantación. Una de las frases y acciones ya incorporadas por el fabricante “Tiger Electronics” era la de aparentar asustarse cuando se apagaba la luz y lanzar un quejoso y asustadizo: ¡Uy, qué miedo!