Uno de los usos del fuego que más se ha incrementado en áreas rurales durante el siglo 21 es el chaqueo o tumba roza que antes se hacía en pequeña escala, en algunas parcelas muy reducidas y ahora se aplica a los extensos monocultivos de millones de hectáreas agroindustriales.
Censo de Población y Vivienda 2001. Aquel año todavía el uso de internet era muy escaso y los celulares eran analógicos, el INE me contrató como Instructora Censal por tres meses.
Los materiales duros que predominan en las ciudades pretenden marcar el paso de la humanidad hacia la modernidad como indicador de progreso, pero al mismo tiempo en el razonamiento inversamente proporcional, significan el retroceso a nivel de involución hacia la artificialidad y la asfixia de los cuerpos vivos, sometiendo al mismísimo aire a la condición de escasez e incluso de exclusividad.
Una de las comunidades indígenas de la cuenca amazónica boliviana es Trapicheponte, que corresponde al pueblo leco cuyo idioma está en peligro de desaparecer y tiene hermosas tonalidades para decir por ejemplo bienvenidos, que se pronuncia “Laiss werajia”.
No es noticia en Bolivia que la minería está destruyendo la biodiversidad y que la humanidad, a diferencia de los otros animales, escoge cambiar un tesoro de verdad por otro que no dura y mata.
Ningún gobierno debería temerle a una pequeña casa donde la gente puede organizarse en democracia para promover sus derechos y obligaciones, que son tan diversos en la actualidad. Si lo hace es porque se considera débil ante el pueblo mismo.
Si bien se ha establecido que el agua es un derecho humano, entre otras cosas como resultado de las movilizaciones internacionales de los activistas, también se ha determinado que no puede ser mercancía.
Este mes de Noviembre de 2022 las represas que proveen de agua a la ciudad de La Paz presentan un paisaje desolador, se encuentran al 50% de su capacidad y la parte seca nos indica que es momento no solamente de ahorrar el agua, sino también de producirla.
Si los animales escribieran la historia de los humanos empezarían por la basura, que ha cobrado un lenguaje tan propio que puede narrar a cada sociedad según su economía, hábitos, horarios, gustos, vicios, ciencia, edad, religión o política.