Una alternativa al acuerdo comercial UE-Mercosur
Creemos firmemente que los países del MERCOSUR y de la UE necesitan mejorar y transformar su relación, con un acuerdo basado en la solidaridad, igualdad, cooperación y comercio sostenible.
Economía Circular, RSE, comercio justo, finanzas éticas, ISR,…
Creemos firmemente que los países del MERCOSUR y de la UE necesitan mejorar y transformar su relación, con un acuerdo basado en la solidaridad, igualdad, cooperación y comercio sostenible.
A lo largo del siglo pasado, los socialdemócratas apoyaron un modelo de sociedad en el que los impuestos sobre la renta y el consumo elevados y progresivos se han justificado como medio para reducir la desigualdad y la pobreza, al tiempo que se sufragaba un conjunto cada vez mayor de prestaciones estatales y servicios públicos.
La Comisión Europea ha hecho una propuesta de reforma de las reglas que han de cumplir los estados de la Unión a la hora de establecer sus marcos presupuestarios. De aprobarse, flexibilizarían las anteriores, pero no resuelve sus auténticos problemas fiscales así que están condenadas al mismo fracaso que han tenido las actuales.
Con la debacle económica provocada por una inflación del 10% sucede como en las olas incendiarias en los montes: que las medidas de extinción pueden hacer crecer el problema, y no eliminarlo. Pues por muchos bomberos y medios aéreos que uno ponga en un par de meses, poco avanza si el resto del año no gestionamos esas superficies como se debe.
De una forma o de otra estamos ya en una realidad que va a suponer reenfocar el crecimiento sobre prismas distintos, sin excluir desde luego el decrecimiento en algunos factores, energéticos muy especialmente.
Cuando Víctor Hugo escribía en el año 1862 su novela “Los Miserables” ya tenía muy claro que una cosa es ver cómo de capaz es un país de producir riqueza y otra muy distinta si era tan virtuoso haciendo uso de la misma. De manera que solo si hacía las dos cosas (producir y usar la riqueza) satisfactoriamente se podría decir que vivimos en un país con una economía saludable.
“Soy tan pobre que solo tengo dinero”, cuentan que dijo Cristina Onassis, la heredera del multimillonario Aristóteles Onassis, poco antes de expirar en su lecho de muerte el 19 de noviembre de 1988.
La exclusión de las personas mayores en los servicios financieros está siendo denunciada como síntoma preocupante de una digitalización al servicio exclusivo de la rentabilidad empresarial. Pero no solo el servicio se deteriora, sino también el empleo o la resiliencia social.
Los nombres de algunos millonarios como Elon Musk, dueño de Tesla, o Amancio Ortega, fundador de Zara, aparecen a diario en los medios de comunicación. En cambio, hay otros empresarios que amasan grandes ganancias y ejercen un gran poder en la geopolítica mundial mientras pasan desapercibidos para la mayoría de la ciudadanía.
El Icrict, un consorcio internacional de economistas que estudia el impacto de los paraísos fiscales y medidas de tributación internacional, presentó un documento en el que plantea la creación de un Registro Global de Activos (GAR, en sus siglas en inglés) para poder tener una identificación de los beneficiarios reales de los activos en cualquier territorio del mundo, evitando la ocultación de la riqueza.