El oso hormiguero gigante

Como su nombre indica, el oso hormiguero gigante (Myrmecophagatridác tila) es el más grande de las especies de oso hormiguero. Pertenece al orden Pilosa y a la familia Myrmecophagidae.

Su área de distribución comprendía, originalmente, el Sur de México, América Central y del Sur, pero, en la actualidad, prácticamente se ha extinguido de todo Centroamérica y sus mayores poblaciones se encuentran en Los Llanos y el Amazonas venezolanos, el Chaco de Paraguay, Argentina, Uruguay, Bolivia y Chile, principalmente.

Descripción del oso hormiguero gigante.

El aspecto curioso del oso hormiguero gigante se debe principalmente a su largo hocico, el cual puede medir 45 centímetros de longitud y tiene forma de huso. El color de la cabeza es grisáceo con una «V» negruzca y líneas blancas. La lengua es todavía más larga ya que supera los 60 centímetros de un órgano cubierto con una pegajosa saliva. Son animales desdentados.

Debajo de la boca hasta la mitad del torso se extiende una franja negra con el borde color blanco. El cráneo, las orejas y los ojos son pequeños siendo el olfato su principal sentido.

La longitud del cuerpo es de 182-217 centímetros y su peso se sitúa entre los 25 y 40 kilogramos. En la cola posee un largo y espeso pelaje marrón, que arrastra por el suelo y presenta bandas plateadas y tonos castaños, negros y grisáceos. La longitud de la cola puede llegar a alcanza hasta el metro de largo.

Sus extremidades son cortas, macizas, y armadas de garras terribles. Las patas posteriores son plantígradas con cinco uñas cortas. Las delanteras tienen cuatro dedos cuyas garras pueden medir quince centímetros y son accionadas por unos músculos especiales que no se aflojan ni después de la muerte del animal. Suelen vivir, como media, unos 15 años.

Distribución y hábitat.

De hábitos terrestres y nocturnos, el oso hormiguero gigante habita las selvas, sabanas boscosas, montes abiertos y pastizales de Sudamérica; siendo posible encontrarlo en una gran diversidad de hábitats pero mayormente habita praderas, bosques y pastizales, prefiriendo zonas apartadas y abiertas de Iberoamérica donde existan hormigueros y termiteros. Aún así se han encontrado osos hormigueros en zonas rurales o densamente pobladas. Su distribución es bastante extensa ya que se esta especie se encuentra desde el norte (Venezuela) hasta el sur de Sudamérica (norte de Argentina y Uruguay).

El oso hormiguero gigante es un animal solitario, excepto cuando es época de apareamiento o por el cuidado de sus crías. Activo de día y de noche, la gran criatura se acuesta al sereno o en un refugio para descansar cuando quiere, acurrucado en arbustos densos, madrigueras abandonadas o encima de la hierba alta, con la cola doblada sobre su cuerpo para conservar el calor y camuflarse.

Por lo general amable, un oso hormiguero gigante que se sienta amenazado o atacado puede ser peligroso. No tienen dientes, pero sus garras delanteras largas (de unos 60 cm) pueden hacer mucho daño. Es un excelente nadador y puede nadar a través de anchos ríos. También se le ha visto bañarse. Existen mitos sobre la agresividad del oso hormiguero gigante, pero en realidad esta especie no presenta peligro para el ser humano a menos que sea molestado. Es capaz de luchar con otros osos hormigueros si es necesario, aunque normalmente se ignoran o se alejan.

Entre las varias leyendas que dan origen a este mamífero, está una contada entre los matacos, que dice lo siguiente:«en cierta ocasión una anciana se internó en un monte llevando un palo en la mano y un chiripá atado a la cintura. La anciana en el interior del bosque se perdió, no encontró la forma de regresar a su hogar y con el transcurrir de los días, se convirtió en un oso hormiguero, donde el palo pasó a ser la nariz y el chiripá la cola».

Alimentación del oso hormiguero gigante. La dieta del oso hormiguero es carnívora consumiendo, principalmente hormigas, pero también se alimenta de termitas y larvas; incluso en algunas ocasiones come fruta cuando ésta es abundante y no de forma preferente.

Como no tiene buena vista se guía por su olfato que es muy agudo y con él localiza los hormigueros y termiteros y luego los excava. Su territorio varía desde 9 hasta 25 km2.

Se alimenta peinando la zona con sus fuertes garras con las que abre los nidos o colonias de insectos. Después, recoge el alimento con su lengua pegajosa, puesto que sus glándulas salivales segregan una sustancia viscosa que la cubre. En cuestión de minutos el oso hormiguero consume miles de hormigas o termitas (unas 30.000 diarias), agitando la lengua hasta 150 veces por minuto, son capaces de devoran unas 140 hormigas por minuto. Vive solitario o en parejas y realizan largos movimientos en busca de alimento.

Reproducción del oso hormiguero gigante.

El oso hormiguero puede aparearse durante todo el año pero alcanza la madurez sexual entre los dos años y medio y los cuatro. Para copular, la hembra primero se recuesta sobre un lado y entonces el macho se inclina y se recuesta a su lado para transferir el esperma. La pareja puede permanecer junta durante 3 días e incluso aparearse más veces en ese periodo.

La gestación dura alrededor de 190 días, tiempo después del cual la hembra pare de pie una sola cría que tiene un peso de 1,3 Kg. aproximadamente. Una vez fuera del vientre materno, el pequeño comedor de hormigas, sube a la espalda de la madre durante su primer año de vida. La cría nace con los ojos cerrados y éstos comienzan a abrirse seis días después. A las pocas horas de nacer, la cría es transportada sobre la espalda de la madre, agarrándose con sus manos. Se ubica de tal manera que su franja negra se superponga con la de su madre, logrando un perfecto camuflaje y pasar desapercibida. A los tres meses de edad el pequeño oso hormiguero gigante ya puede consumir alimentos sólidos y a los diez es destetado por completo Las crías se comunican con la madre por medio de silbidos agudos.

La primera parte de la vida de las crías a menudo la pasan en la espalda de la madre, mientras ésta se está alimentando. Los jóvenes serán bien cuidados y crearán fuertes vínculos con su madre, a menudo se quedarán con ella hasta que esté lista para dar a luz de nuevo que es una vez cada dos años.

Las principales amenazas del oso hormiguero gigante.

Esta especie está clasificada en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como “Vulnerable” debido al descenso dramático del número de individuos con vida y en su estado natural. Por ejemplo, entre el año 2000 y el 2010, la población se redujo en un 30%

Las amenazas más importantes para esta especie provienen de los incendios forestales que, además de acabar con su hábitat, le impiden sobrevivir ya que su pelaje es inflamable y sus movimientos son muy lentos como para poder ponerse a salvo con rapidez. Por otra parte, la caza para el consumo de su carne (a pesar de su dureza), además de la utilización el cuero para confeccionar diversos recipientes y elementos de talabartería, las garras para confeccionar productos como indumentaria y, por último, las duras cerdas de la cola para la elaboración de peines. También la caza deportiva coadyuvan a la vulnerabilidad de la especie.

Así, pues, la matanza de osos hormigueros debe terminar, al igual que se han de tomar medidas para impedir que muchos osos hormigueros gigantes mueran atropellados en las carretera y autovías de América del Sur. En pocos días se han visto, en la carretera Falcón-Zulia (Venezuela), 18 ejemplares de osos hormigueros gigantes atropellados en esta importante vía de comunicación. Las especies en peligro de extinción necesitan una respuesta por parte de las entidades públicas encargadas de la preservación y conservación de los animales silvestres.

“No solo los osos hormigueros están siendo atropellados, sino también los rabipelaos, burros, chigüires y otros animales que pasan por las carreteras y no tienen control”, comentó Roger Pacheco, director ejecutivo de Anima Naturalis, por lo que habría de avisar en las carreteras de su presencia por medio de señalizaciones.

Uno de los planes que plantea la investigación publicada por la revista EIA, impulsada en Colombia para aminorar los atropellamientos de las especies silvestres, se basa en soluciones estructurales y no estructurales. Explica que la primera categoría plasma un sistema de cercado con el propósito de evitar que los animales crucen la carretera. Pueden ser hechas con mallas de alambre; también pueden tener puertas o accesos para que no estén totalmente cerradas. Deben ser enterradas a unos 20 ó 10 centímetros por debajo de la superficie.

Los pasos subterráneos son otra propuesta. “El sistema depende de variables como el tamaño, lugar, niveles de ruido, sustrato, humedad, temperatura, entre otros. Esto establecería un paso único para las especies y dejarían de correr peligro en la carretera. Un método parecido son los pasos elevados, considerados como uno de los más exitosos”. El corredor es apodado “puente verde”, por la variedad de plantas que resultan atractivas para los animales pequeños y medianos. Entre las soluciones no estructurales se podrían aplicar “repelentes olfatorios”, olores estratégicos que atraigan a los animales hacia determinado sitio o los aleje de la carretera; así como la modificación del hábitat, podando regularmente las plantas que se encuentran en los laterales de la vía, lo que permitiría la visibilidad a los conductores.