Crimea y la carcajada del Kremlin
Estados Unidos y su tímida compañera de juegos, la Unión Europea, parecen haberse plegado definitivamente al desafío lanzado por la Federación Rusa con la anexión de Crimea. Occidente se ha limitado a amenazar con consecuencias graves si Rusia va más allá, algo que ya hicieron con la Alemania de Hitler cuando en 1938 se anexionó Austria, o cuando ese mismo año se adjudicó la región checa de los Sudetes, o cuando en 1939 ocupó toda Checoslovaquia. Quizá por eso, aún puede oírse la carcajada del Kremlin.