España y los sucesivos Gobiernos desde el año 1996 han alentado un modelo de crecimiento insostenible que ha hecho que la crisis económica haya sido especialmente incisiva en nuestro país. El peso en nuestra economía del sector inmobiliario, construcción y negocios afines ha provocado un impacto económico, social y paisajístico de dimensiones, al día de hoy impredecibles. La insostenibilidad  de este modelo es social, medioambiental y económica.

Insostenibilidad Económica

Desde el año 2001 hasta el 2008 el parque de viviendas en España creció en 5.284.025 viviendas (Banco de España, 2009), lo que supuso una construcción media de más de 750.000 unidades anuales.  En Italia, la construcción media ha estado en torno a las 170.000 y en Francia y Alemania raramente superaron las 300.000 viviendas. En el año 2005 el total de viviendas construidas en nuestro país superaron las construidas en Alemania, Reino Unido y Francia.

La dependencia directa e indirecta de la construcción y la promoción inmobiliaria, ha hecho que nuestra economía se convierta en  una de las menos competitivas y con más baja productividad de Europa. También ha restado importancia a otros sectores de actividad. De acuerdo con los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística el peso de la construcción en el PIB aumentó desde el 11,7 por ciento en 1996 hasta el 17,9 en el 2007, generando un 13% del empleo total de manera directa y de acuerdo con Jorge Bielsa (2006) en el año 2005 más de la mitad del empleo del sector privado tiene que ver, directa o indirectamente, con el agregado construcción-banca-inmobiliarias. En Francia y Alemania no llega al 25%. Estos datos muestran cual ha sido el patrón de crecimiento de la economía española.  La bonanza económica experimentada por España desde 1996 hasta 2007 se caracterizó por el papel predominante de sectores productivos cuyo desarrollo creaba una intensa demanda de mano de obra: construcción (especialmente residencial) y servicios de escaso valor añadido. Ambos sectores fueron los que lideraron el crecimiento económico durante este período. En sentido contrario, el sector industrial disminuyó su protagonismo, reduciendo su aportación promedio para el avance económico del 23% al 6% (Real instituto el Cano, 2010).

La opacidad que envuelve a parte del sector de la construcción e inmobiliario, el sentimiento de impunidad y la sensación de dinero fácil ha generado un aumento de la corrupción. De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Amnistía Internacional (2010), España ha pasado del puesto 20 en el año 2000 al 32 en el 2009. La política urbanística en España ha primado en muchas ocasiones intereses individuales sobre  el interés general de una ordenación territorial racional.

La economía sumergida ha crecido al amparo del modelo económico español. De los 84.578 millones de euros puestos en circulación el 66% del total corresponden a billetes de 500 euros.  Una parte del dinero negro canalizado en España proviene de negocios ilegales como tráfico de armas, prostitución o narcotráfico. La facilidad para lavar el dinero en España, en gran parte a través de transacciones inmobiliarias, ha atraído toda clase de delincuentes provenientes de diversos países.

El desarrollo urbanístico desaforado no llevo aparejado consecuencias positivas sobre la accesibilidad a la vivienda. En el periodo 2001-2003 la población aumentó un 19%, mientras que el parque de viviendas lo hizo en un 65% incrementándose el precio de la vivienda en un 327%. Lo anterior unido a un descenso progresivo en la vivienda protegida desde 1997 hasta 2007 provocó una dificultad en el acceso de la vivienda.

Insostenibilidad Social

Durante la época de expansión económica, España ha tenido crecimientos del PIB por encima de la media europea, pero de acuerdo con el informe sobre el Estado de la Pobreza (2010) elaborado por Foessa, la reducción de la desigualdades se ha paralizado durante la década de los años 90 y 2000, cosa que no sucedió en los años 70 y 80. La ausencia de mejoras distributivas en contextos de fuerte expansión económica evita la consecución de objetivos claros en la reducción de la pobreza. Esto ha provocado que pese a las etapas generadoras de empleo la incidencia de la pobreza entre los trabajadores asalariados sea, de hecho, la mayor de las últimas décadas. El 11% de la población ocupada en 2008 se encuentra en riesgo de pobreza. España representa uno de los niveles más altos de la UE en pobreza de los trabajadores, sólo superados por Grecia y Polonia. Esta situación de pobreza debido a la insuficiencia de los ingresos para hacer frente a las cargas familiares, pone en cuestión la arraigada imagen del empleo como garantía automática de mejora del bienestar (Foessa, 2010). En el periodo de mayor crecimiento del empleo la desigualdad redistributiva apenas cambió, al pasar el Índice de Gini de 0,318 a 0,314 y el Índice de Theil de 0,177 a 0,176.

Unas tasas de interés que se mantuvieron bajas durante una parte importante de este periodo provoco que se inundarán los mercados de liquidez, lo cual se ha traducido en un endeudamiento del sector privado que alcanza en agosto de 2009 el 366% del PIB en comparación con el 193% en el año 2000 (Haver Analytics; McKinsey Global Institute, 2009). La deuda de los hogares ha pasado del 45 al 87% del PIB, las empresas del 74 al 141% del PIB y la deuda de los Bancos pasa del 11 al 82% del PIB.  Durante el periodo de expansión económica este sobreendeudamiento ha sido financiado en gran parte por el sector exterior que actualmente ve con desconfianza la solvencia de España. Los Bancos han concedido más créditos que lo que han conseguido captar a través de los depósitos bancarios, lo que ha provocado la emisión masiva de deuda a través de bonos, cédulas, titulación de activos…., para captar la financiación necesaria. Actualmente es el Banco Central Europeo el que está financiando a la Banca Española y es el cierre de los mercados mayoristas y el sobreendeudamiento del sector privado lo que ha provocado el estrangulamiento del crédito al sector privado. Además del incremento del crédito en tasas porcentuales superiores al 20% anual durante varios ejercicios, una parte importante del mismo se ha dirigido al sector de la construcción y promoción inmobiliaria en detrimento de otros sectores productivos. A junio de 2010 la tasa de morosidad en el conjunto de entidades financiaras alcanza el 5%.

Si bien en la época de expansión económica, desde el año 2000 hasta el 2007, se generaron 4,8 millones de empleos, muchos de ellos han sido absorbidos por sectores de bajo valor añadido que requieren mano de obra no cualificada y que no  han invertido en formación de la fuerza del trabajo. Con la misma facilidad con la que se creó empleo en la etapa expansiva, se destruyó con la caída de la economía. Actualmente hay un porcentaje de personas en búsqueda de empleo con muy baja cualificación y con escasas esperanzas de poder ser recolocados en otros sectores de actividad de mayor valor añadido. El auge en el sector de la construcción ha provocado que un número elevado de oficios tradicionales, sustento de muchas poblaciones, se abandonasen, sobre todo por parte de las generaciones más jóvenes, por trabajar en el sector de la construcción y servicios periféricos.

El fracaso y abandono escolar  en España se sitúa por encima de la media europea y de los países de la OCDE. El elemento característico de la “tercera revolución industrial” es el conocimiento y la utilización de la información. Esto ha generado una brecha entre trabajo cualificado y el no cualificado. España con su modelo de desarrollo económico basado en dinero fácil y en el consumo ha perdido competitividad en una economía globalizada. De acuerdo con un estudio publicado en febrero de 2010 por el CSIC sobre las mejores universidades del mundo, ninguna de las 100 primeras que aparecen es española, y solamente hay 2 entre las 200 primeras.  El porcentaje de alumnos que a los 12 años han completado la educación primaria, ha descendido progresivamente en el periodo de expansión económica y durante el curso 2006-2007 casi 1 de cada tres alumnos matriculados no consiguieron graduarse. El porcentaje de población que termina la ESO ha caído desde el 73,4% en el 2000 hasta el 69,2% en el 2006. Este descenso es especialmente incisivo en aquellas comunidades autónomas donde el sector inmobiliario y de la construcción ha sido más activo. En la Comunidad Valenciana el descenso total ha sido de 14,4 puntos o en Andalucía donde la caída ha sido de 7,3 puntos. De acuerdo con ETEFIL un tercio del abandono escolar está relacionado con la incorporación al mercado laboral. La sensación de poder obtener un trabajo de manera fácil, sin necesidad de acreditar estudios. De acuerdo con esta misma encuesta la asociación del trabajo con el dinero es una de las máximas en los alumnos que deciden abandonar sus estudios: Quería ponerme a trabajar, ganar mi dinero para poder salir de fiesta y comprarme mis caprichos (E3.5). La pérdida en el valor de los estudios y el sentimiento de satisfacción inmediata son dos de las principales motivaciones del abandono escolar (Fernández Enguita, M; Mena Martínez, L; Riviere Gómez, J-2010).  Por otro lado, el 31% de los jóvenes ni tienen un título postobligatorio ni siguen una formación destinada a obtenerlo, el doble que la media de la Unión Europea.

España ha bajado su competitividad pasando del puesto 22 en 2006 al 33 en 2009,  desaprovechando durante los años de bonanza económica la oportunidad de  posicionarse en la economía del conocimiento. De acuerdo con la OCDE, el número de investigaciones en España por cada 1.000 empleados en 2007 es de 5,9 y el de patentes de acuerdo con los registros de la región Traid (América del Norte, Europa y Asia)  es de 18, muy por debajo si lo comparamos con Alemania (6.283) o Francia (2.462). De acuerdo con los datos facilitados por la OCDE, se trata de uno de los países de la Unión Monetaria con una menor tasa de acceso a internet (63,6% de los hogares). Un estudio de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones afirma que el precio de la banda ancha en España es superior en un 10,8% a la media de la Unión Europea. Además, y de acuerdo con un informe de Akamai (Julio-2010), España se sitúa en la última posición de los países europeos en cuanto a velocidad de acceso a internet.

Insostenibilidad Medioambiental

En la dimensión medioambiental, la urbanización en primera línea de playa ha destruido más del 25% de los principales elementos de la costa tan sólo en el litoral mediterráneo. Estos elementos costeros se agrupan en valiosísimos ecosistemas (dunas, deltas, humedales) en muchos casos amenazados a pesar de estar protegidos. El aumento de la población residente o veraneante ha conducido a una mala gestión y en muchos casos al agotamiento de los recursos hídricos. El turismo de sol y playa exige nuevas instalaciones que agravan aún más la situación del litoral: nuevos puertos deportivos, nuevos campos de golf que requieren ingentes cantidades de agua.

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Índice de Capítulos del Informe:

  1. De la economía productiva a la economía especulativa
  2. Concentración de poder
  3. El origen de la crisis y Gobiernos al rescate
  4. El caso de España
  5. Soluciones a la crisis planteada desde el gobierno
  6. Propuestas para un cambio de modelo

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