El hombre, animal ambivalente capaz de lo mejor y de lo peor, pues ello conforma nuestra condición humana, ha cometido a lo largo de la historia crímenes contra sus semejantes que nos ponen los pelos de punta, haciendo que un escalofrió nos recorra todo el cuerpo, la mayoría están disfrazados de guerras pasando inadvertidos, pero cuando ocurren en tiempos de paz destacan y conforman la más negra página de la humanidad.
En España también tenemos nuestros monstruos la mayoría desconocidos hoy, olvidados en el tiempo (aún los más recientes), pero no por eso menos terroríficos y reales, en esta sección intentaremos traer algunos de los que en su día fueron más destacados sacudiendo la sociedad de su momento, volviendo a poner negro sobre blanco su historia.
Madrugada, un estampido rasga la tranquilidad de la noche barcelonesa, los dos serenos de la zona corrieron hacia donde se había producido el sonido para averiguar de qué se trataba, al llegar a la calle Escorial se encontraron un coche marca Ford Sedan, con las puertas abiertas, abundantes manchas de sangre y una abolladura en la puerta derecha. Al toque de sus silbatos, los serenos avisan a la policía.
En un país arrasado por la guerra civil, con una sociedad depauperada, surgen personas capaces de cualquier cosa para conseguir sobrevivir.
Desde que vi, hace ya muchos años, la película “El Bosque del Lobo”, de Pedro Olea, quede impresionado por una historia que se salía de lo común, la película está basada en la novela “El bosque de Ancines” de Carlos Martínez-Barbeito, basada a su vez en los hechos ocurridos en la Galicia de mediados del siglo XIX protagonizados por Manuel Blanco Romasanta, autor confeso de trece asesinatos cuya historia vamos a conocer.
