Hace unos días ella escribía estas palabras de agradecimiento hacía unas personas que la habían sorprendido…
“Hola, soy Celia, y os quería decir que no podía estar más agradecida de lo que estoy por todo lo que habéis hecho por mí.
Me habéis hecho superfeliz y no sé cómo agradecéroslo.
Siento que por una vez las barreras no existen. Qué no hay miedos ni excusas que valgan. Que aunque sea una niña, que no sea rica, que no salga en televisión, que no sea famosa y muchas cosas más, que lo que importa es qué siempre se puede hacer algo por las cosas que crees y que son buenas. Creo que de verdad en el mundo hay gente muy generosa y que en vuestro corazón hay un gran amor y respeto por los demás.
Sois las mejores y siempre lo seréis.”
Su gato un día le hizo reparar en un hecho que muchos ni se plantean. Celia ama a sus mascotas, pero pensó en cuantos animales cercanos a ella no tenían la misma suerte. Desde ese instante quiso hallar la manera de estar cerca de los perros y gatos abandonados. A sus manos llegó un calendario de una protectora de animales de su ciudad llamada Zarapeludos. Ahí halló la señal.
Pidió a su madre que la dejase escribir un correo a los voluntarios que dan amor a los que no tienen voz…
“…Como ya sabéis tengo 10 años, y desde que recuerdo mis padres y mis profesores me han intentado enseñar el respeto hacia todas las personas y animales que nos acompañan en este mundo. Pero eso son palabras y a mí, me gusta hacer cosas.
Por Navidades empecé a pensar en alguna manera de colaborar de verdad, con una asociación de protección animal.
Comencé a interesarme más por las opciones que tenía a mí alrededor hasta que llegó a mis manos, de una forma muy graciosa, un calendario de bolsillo de Zarapeludos. Y pensé en que tenía que ser yo la que sacase un poco de dinero para no depender siempre de mis padres. Es que soy una niña!!!
Se me ocurrió en hacer algo manual y poco a poco las figuritas fueron tomando forma. Al principio me las compraban mis abuelos, mis padres, mis tíos pero cuando me las llevé al colegio tuvieron un montón de éxito.
Creo que los animales no deben de ser maltratados por que ellos no te han hecho nada. Creo que tenemos la responsabilidad de cuidar a todos los seres vivos que comparten este mundo.
Si un animal te elige será porque ha visto en esa primera mirada todo lo bueno que hay en ti…”
Celia es claro ejemplo de que enseñar en el valor de lo que de verdad importa, nos acerca a una sociedad más justa. Su sonrisa, su fuerza y serenidad han contagiado a muchos niños de su ciudad, en el amor que debemos procurar a nuestros hermanos menores.
La madurez de una sociedad se mide por el respeto que se muestra a los animales.
El futuro visto con los ojos lapislázuli de Celia es hermoso y esperanzador.
Ella ha acuñado una gran frase para la reflexión de los adultos:
También creo que hay muchas personas que son buenas y tienen ganas de ayudar y simplemente hay que ser valiente para dar el primer paso, de las palabras a la acción.
Gracias Celia por ser una niña esperanza.
Conozco a Celia, conozco a Ines y conozco a su madre. Ines y Celia son un gran ejemplo de solidaridad, de humanidad y de calidez. Sus palabras son ciertas, así lo piensan y así viven.
Su gran madre, Elisa, es el timón de la vida de estas niñas, es su fuerza y es el espejo en el que mirarse. Gran persona, gran mujer y como no podia ser de otra manera GRAN madre: solidaria, sencilla, cercana y sobre todo AMIGA.
También conozco a Mayte por motivos bien distintos a los que en este artículo se tratan y también me descubro ante ti Mayte, gran periodista y gran mujer.
Valentía es lo que hoy en día nos falta e indiferencia es lo que hoy en dia nos sobra