Cuando lo que esperábamos es que los drones – cuyos “efectos colaterales” sobre la sociedad civil constituyen un auténtico escándalo- deberían dejar de fabricarse y que lo que tendríamos en 2015 sería alimentación y agua para todos los habitantes de la tierra, acceso a los servicios de salud, educación, cuidado del medio ambiente…

Dice el Ministro que es necesario disponer de aviones no tripulados “porque es, sin duda alguna, por donde va el futuro”. Este es el futuro por el que desean ir usted y algunos más. Pero la mayor parte de la Humanidad, y especialmente los jóvenes, anhela y merece que el futuro no vaya por donde usted pronostica.

Habrá un clamor popular, Sr. Ministro, a escala nacional, europea y mundial que dirá “no” a los drones y a quienes siguen pensando que el porvenir, que está por hacer, discurra, como hasta ahora, por los caminos de la fuerza y la imposición.

Lo repito todos los días: un mundo que invierte diariamente 4.000 millones de dólares en armas al tiempo que mueren de hambre más de 60 mil personas, es un mundo enfermo. El poder ciudadano será una realidad en poco tiempo. La inflexión histórica de los pocos a los muchos, de la fuerza a la palabra, de la guerra a la conciliación, se avecina.

 

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