Y èl que se ocupaba de la fecha de Heidegger y Schmitt, coincidentes en año y paìs (casi de ciudad, de salòn, de audiencia,….). <Razón situada en Fernando García. Un primer atisbo hacia la situación de leer a Schmitt y Heidegger “situados” en Alemania, 1938>, rezaba la convocatoria del año pasado cuando Fer ya olìa a muerto. ¿Quièn recordará el pròx año que el 27 de abril pasado se nos murió Fernando?

No hay in-mortales en la filosofía chilena. Nombres de cuerpos que hablaron y escribieron –y “por sus obras los conoceréis”. No pues. Sino nombres olvidándose. Oscuros cuerpos maltrechos (la mayorìa de las veces harto neuròticos de la parte de + arriba) ¿Quién, colegas, se recuerda bien que este 2024 son 10 años de Giannini 2014? Hegel decìa por ahí que “Amèrica (casi) no existe, no tiene o hace historia”. Pues ni historia ni individuos ni tradición ni acontecimientos…

Y basta de lloriquear como l@s chilenitos pequeñitos, itos. “Dust in the wind”/ all we are is dust in the wind, dice la sèptima canciòn del àlbum <Point of Know Return>, de Kansas – 1977 (con un violìn elèctrico que gime y murmura como esos winds, como esos dusts). No me salga ni una queja màs. Nada me falta y muucho me sobra (faltarà siempre el tiempo para escanciar todas las copas). Igual a l@s chilen@s y chilenit@s. Está auroreando el sol en las playas del Litoral central. El Pacìfico brama hasta mi casa. Tengo miles de minutos que crear este lunes 29. Los perros sueltos ladran por decenas en las calles –donde viven como pàjaros de un cierto Cristo, que por ahì se le ocurriò esta frasecita: <Miren cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan hermoso como ellos. Si Ese cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes>.

Pero igual los olvidarà. Y M. Cecilia Sánchez aprovecharà una nueva excusa para lanzarme diatribas ni siquiera originales –mientras con/firma con su almohada que “NO hay filosofía chilena, sino que hay filosofìa Latinoamericana”.  Te sugiero nuevamente Ceci, que leas y sientas la irrupciòn de R. Bolaño sobre la “Nueva Narrativa Chilena” de los años 90 (o sobre ese latinoamericanismo del boom de los 60 que tanto por ahì citas. Que se culminó y acabò en las hojarascas amazònico-pantanales, en todas esas sangres cabalgando con su papá las sierras peruanas, en Remedios volando y París escribiendo Rayuela)…

Entonces ellos “del boom” se mueren màs bien lejos del “nunca salí del horroroso Chile” –segùn versa el mentiroso de Enrique Lihn –precisamente escribiendo en La Habana con premio incluido. ¡Què mentiras hermosas las de los poetas que de tanto amarse a sì mismos… (cantan a lo Schwencke & Nilo)!

Y se me alargan las frases, una tras otra, excesivas (lo siento) y excesivo el número… Ya la aurora “no-es” (con un “es” súper metafìsico), sino el amanecer sobre El Tabo. El cuerpo del sol sobre las cordilleras lejanas que marchan a “lo Zurita” desde Los Andes, se presenta, acontece, patencia de la presencia, filosofìa de la presencia. Fernando G. nunca descanses en paz por favor te lo pido. Despierta o resucita esta mañana. Emigra al Pacífico. Deja el cementerio ceniciento de Santiago. Si quieres embarca en la nave a la isla de los muertos  màs cercana. Ven a <Filosofar, no a hacer historias m/m eruditas de las filosofìas que han sido>.

Tal vez y probablemente hagamos un recodo donde el sol calienta. Tal vez saquemos por fin a Gonzalo Millán de esa ciudad tan fome –que, ademàs, ya hace 51 años tiene las primaveras con una esquina y media rota. ¡Ya viene Pablo Oyarzùn por la carretera 78!  Ivàn Trujillo no viene porque le hace caso ahora a Valeria no a Derrida.  Viene Marcela Rivera desde el ex-piedragògico, a su lado Elizabeth Collingwood y Willy y Luciano Allende.  Viene Andrea Potesta de la UC con su tan bien sonado “chileno” del campus San Joaquìn.

Y se viene el primer semestre de sociología (1973) en el campus Oriente con Eduardo Valenzuela a la cabeza.  No ya para quejarnos de la catàstrofe socio-polìtica de ese segundo semestre (no hay catástrofes ecológicas), sino para cantar juntos que estamos vivos y coleando. Que nuestros muertos bien muertos estàn. Que nuestros cuerpos despiertan esta mañana para hacer pensar nuestros cerebros. Para irse a bañar a este ocèano porque el dìa amanece despejado y las ALEGRÌAS marinas no cejan…

Y Fernando Josè Garcìa allá navegando lejos de todas las costas, de la UAHC, del académico Pablo Solari, feliz, por fin*