De hecho Puerto Rico, contaba con su propia moneda, El Peso Puertorriqueño, moneda que era de curso y uso en todo el mundo y acuñada en plata de primera calidad.

Se comercializaba con el valor Peseta en la isla, en Cuba, en los países de América, en Filipinas, Marianas y Palaos Españolas (Asia), en Guinea Española, Sáhara, Sidi Ifni….y resto de España y Europa.

Otro factor de asombro de los militares de EEUU al ocupar la isla, eran las infraestructuras con las que contaba la isla para la época…

Carreteras que cruzaban la isla, puertos comerciales de primer orden, de carácter internacional y una red ferroviaria y de tranvías, que eran la envidia para cualquier país y territorio del mundo. En definitiva, una prosperidad y renta per cápita del Puertorriqueño, superior a la media nacional Española y casi un 60% mayor que la de Estados Unidos, país ocupante… hasta hoy.

Todo eso, su comercio, su variedad de productos, su capacidad exportadora, monetaria, bancaria, y laboral, se hundió en unos pocos días, pues el invasor no podía soportar eso.

De un día para otro, el Español Puertorriqueño, perdió su autonomía, su prosperidad, su igualdad y amaneció un 60% más pobre.

En 1901, EE.UU. aprobó la Ley de Hollander, que impuso nuevos impuestos a todos los agricultores en Puerto Rico.

Con impuestos más altos, granjas paralizadas, y el 40 por ciento menos de dinero en efectivo, los agricultores tuvieron que recurrir a préstamos bancarios de Estados Unidos.

Con sus mejores tierras expropiadas para un monocultivo al gusto de las fuerzas invasoras, el azúcar, que sumió a la isla en la total pobreza y hambruna o para el establecimiento de Bases Militares Norteamericanas.

Para el año 1930, todas las granjas de azúcar de la Isla pertenecían a 41 sindicatos. El 80 por ciento de ellas eran propiedad de EE.UU.

Hoy en día, las agencias federales de Estados Unidos controlan los derechos de cabotaje de Puerto Rico, las relaciones comerciales, las leyes marítimas, inmigración, aduanas, sistema postal, TV, radio, transporte, seguridad social, bancos, comercio, moneda y defensa.

Eso, sin que el pueblo de Puerto Rico pueda votar en las elecciones de Estados Unidos.

Durante décadas, el nivel del control militar sobre la Isla fue sorprendente. No se podía conducir a cinco millas en cualquier dirección sin caer en una base del Ejército, una pista de aterrizaje de la Fuerza Aérea, un muelle de la Marina de Guerra, una instalación nuclear o estación de rastreo. El Pentágono controlaba el 13 por ciento del territorio de Puerto Rico y operaba cinco bases de misiles nucleares.

Después de 62 años de bombardeo incesante, la isla de Vieques se asemejaba a un asteroide con viruela más que a una isla. De 1984 a 1998, más de 1.300 buques de guerra y 4.200 aviones utilizaron la isla para prácticas de tiro, y la golpearon con 80 millones de libras de municiones. Sólo en 1998, 23.000 bombas fueron lanzadas en Vieques.

Y esto es hoy lo que fue provincia de España… una base americana.

Y si nos situamos a dia de hoy, Estados Unidos se prepara para robar Puerto Rico por segunda vez. Lo harán a través de una “Junta de Control Financiero”, que va a vender y “privatizar” trozos de la costa de Puerto Rico, la infraestructura, los servicios públicos y los recursos naturales.

La isla de Puerto Rico se convertirá en un gran objetivo de la LBO (compra financiada por terceros): un refugio para los capitalistas depredadores y celebridades inútiles. El pueblo puertorriqueño, por supuesto, será desalojado hacia Orlando, Florida.

Como detalle, el mapa ferroviario no es más que el triste ejemplo de una etapa de la historia perdida que dura hasta nuestros días.

Autor Jesús PlusUltra