Se cree que los tres planetas son de tipo rocoso (como la Tierra), pero con órbitas muy cercanas a su estrella. Eso los hace demasiado calientes como para que se encuentren dentro de la zona habitable, la cual es la región en donde el agua en estado líquido podría existir. De los más de 700 planetas confirmados en órbita alrededor de otras estrellas (conocidos como exoplanetas), se sabe que solamente un puñado son de tipo rocoso.

“Los astrónomos apenas están comenzando a confirmar su existencia entre los miles de candidatos a ser considerados planetas que la misión Kepler ha develado”, comentó Doug Hudgins, quien es el científico del programa Kepler, en las oficinas centrales de la NASA, localizadas en Washington. “Encontrar uno tan pequeño como Marte es increíble y, de hecho, hay pistas de que podría existir una cantidad generosa de planetas rocosos a nuestro alrededor”.

La sonda Kepler busca planetas a través de la continua monitorización de más de 150.000 estrellas; específicamente, busca disminuciones (indicadores) en el brillo de las estrellas provocadas por el cruce, o tránsito, de planetas. Se requieren al menos tres tránsitos para que se declare que una señal proviene de un planeta. Posteriormente, es necesario llevar a cabo observaciones de seguimiento con telescopios ubicados en la Tierra para confirmar los descubrimientos.

El descubrimiento más reciente lo hizo un equipo liderado por astrónomos del Instituto Tecnológico de California, en Pasadena. El equipo utilizó datos dados a conocer públicamente por la misión Kepler y también observaciones de seguimiento provistas por el Observatorio Palomar, ubicado en las cercanías de San Diego, y por el Observatorio W. M. Keck, en la cima el monte Mauna Kea, en Hawái. Sus mediciones, en cuanto al tamaño de los planetas, se modificaron de manera significativa respecto de las estimaciones originales.

Los tres planetas se encuentran muy cerca de su estrella y completan sus órbitas en menos de dos días. KOI-961 es una estrella enana roja, con un diámetro que mide la sexta parte del de nuestro Sol; esto hace que sea apenas un 70 por ciento más grande que Júpiter.

Las enanas rojas son el tipo más común de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea. El descubrimiento de tres planetas rocosos alrededor de una enana roja sugiere que la galaxia podría estar plagada de planetas rocosos similares.

“Este tipo de sistemas podría ser muy común en el universo”, comentó Phil Muirhead, quien es el autor principal del nuevo estudio llevado a cabo por el Instituto Tecnológico de California. “Ésta es una era muy excitante para los cazadores de planetas”.

 

nasa.gov