Podremos maniobrar un poco haciendo que el personaje narre los hechos a la vez que los vive (en presente), o, como suele ser más frecuente, tras haberlos vivido (en pasado), y en este caso su perspectiva será algo más amplia (por ejemplo, sabrá en todo momento cómo acaba la historia y podrá adelantarlo), pero nunca podrá contar nada de lo que no tenga conocimiento.
Entre los narradores internos podemos distinguir claramente dos: el narrador protagonista y el narrador testigo.
El narrador protagonista escribe en primera persona y cuenta lo que le pasó o le está pasando. Conoce perfectamente sus sentimientos y emociones, pero no los de los demás. No debería conocerlos si habla en primera persona, a no ser que tenga esa capacidad: un psicólogo o algún tipo de mentalista, por ejemplo.
El narrador testigo es testigo de los hechos que se narran y cuenta la historia desde su punto de vista. Puede hacerlo en primera o tercera persona pero la historia que cuenta no es la suya. Como narrador testigo forma parte de la historia y participa en alguna de sus tramas.
Encarnación Sánchez
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