En España todavía no son muy conocidas, no pasa lo mismo en otros países como Reino Unido o Japón dónde más o menos el 95% de la población conoce o ha oído hablar de las calculadoras de la huella de ozono.

En algunas ocasiones hemos oído hablar de la huella ecológica, pues bien, la calculadora de la huella de ozono lleva implícito el concienciar a la población sobre el impacto tan grave que tienen las emisiones de CO2 que producimos en nuestras vidas cotidianas, impactos que conllevan directamente a cusas tan graves como el cambio climático o el efecto invernadero. Además deja constancia, en la mayoría de los casos vergonzantes, de las diferencias de emisiones entre los países que las utilizan.

Por ejemplo existen estadísticas de uso que demuestran que mientras un habitante de Mali emite 50 kilos de CO2 al año, un estadounidense llega a las 21 toneladas. En España la media es de 9,8 toneladas, una cifra que encaja con la media de los países industrializados que es de 12 toneladas…

La Comisión Europea mantiene una calculadora en Internet http://www.mycarbonfootprint.eu/index.cfm?language=es para conocer la huella de carbono que individualmente emitimos cada año.

La calculadora ofrece consejos para reducir la huella de carbono que emitimos. Como bien rezaba el lema de un anuncio, “el total es lo que cuenta”, bien pues de eso se trata. Si todos en Europa adoptáramos los pequeños cambios que nos proponen el impacto sería brutal.

Como no podía ser menos me he prestado fielmente a usarla y éste ha sido el resultado:

Si llevaras a cabo los pequeños cambios que has escogido, podrías ahorrar el equivalente a 3348kg. de CO2 al año.

Para situar esta información en el contexto adecuado, un europeo medio genera 11 toneladas de CO2 al año. Si todos nos comprometiéramos a reducir esta cantidad apenas un 10%, el impacto sobre el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático sería enorme – de hecho, supondría un ahorro de CO2 equivalente a las emisiones generadas por España y Finlandia en su conjunto.

Como veis las cifras son apabullantes. Existen muchas calculadoras de la huella de carbono y en los últimos años su uso ha sido cuestionado por las diferencias que arrojan cada una de ellas. Lo que sí nadie puede cuestionar es el hecho de poder aunar esfuerzos es un tema a cuestionarse desde ya.

El principal objetivo de dichas calculadoras no es el resultado final en si mismo, que es algo a tener muy en cuenta, sino la concienciación de la población, pues es más que habitual oír comentarios del tipo: “…que voy a hacer yo para luchar contra el cambio climático, eso es cosa de gobiernos…”, o “… por que yo recicle mis cuatro plásticos no va a cambiar nada …”

Señores, pongámonos manos a la obra y sepamos entender que un grano de arena no forma la playa, sino los millones de granos que se aúnan para formarla…