Entre sueños y sueños

Hoy me levante risueño como cuando tienes ganas de salir a jugar o hacer un viaje.

Recordé el sueño que tuve anoche; si, anoche tuve un sueño después de un arduo trabajo de ayudar a mamá a lavar los cubiertos, limpiar las habitaciones y hacer mis tareas de la escuela. Esta rutina acostumbro hacerlo para aliviar el arduo trabajo de mamá.

Después de terminar de cenar, me aliste para dormir.  Apenas apague la luz de mi habitación, me encontré profundamente dormida.

En mi sueño apareció un valle lleno de flores de gran vegetación, donde se respira aire puro cuya suavidad da vida al corazón. Hasta ese momento me pareció ver a mi pueblo de hace muchos años, si, era mi pueblo, tan hermosa en su creación y dentro de los árboles había animales que vadeaban de un lado a otro, en los ríos se reflejaban trozos celestes del firmamento. Empecé a dar pasos para llegar hacia el pueblo pero me detuvo una anciana cuyo vestido terso iluminada hasta los más recóndito de las comarcas y no había lugar que no podía ser descubierto por su resplandor. Este personaje me dijo, observa estos tres acontecimientos y escribe su significado para que enseñes a los demás. Inmediatamente me encontré parada en una montaña de pico muy alto y lo primero que observé fue un enorme gigante y de su mano caían piedras enormes que provocaban terremotos e inundaciones. Lo segundo fue un águila con rostro humano que apresaba con sus enormes garras a todo animal que se cruzaba en su camino y los arrojaba en un volcán; por último, la anciana me dijo, mira aquel hombre, y mire, aquel hombre estaba sentado debajo de un árbol, y mire aquel árbol y solo tenía un fruto, si, el ultimo de todos y, a mucha gente llena de hambre y tristeza.

Después de ello la anciana me dijo, el gigante que notaste es nada menos que el hombre, quien es el centro principal que habita esta tierra y no mide la responsabilidad que lleva sobre sus hombros, las rocas grandes significan los desperdicios, desechos que arrojan a los ríos, lagos y manantiales, provocando inundación, contaminación y muerte. Ahora bien, me dijo, el águila que viste es la representación del hombre ambicioso, avaro y cruel que caza a los animales para hacerse fortuna, exhibiéndolos como trofeos; animales que se van extinguiendo del planeta.

Estuve muy triste por todo ello y la anciana se acercó al árbol que tenía un solo fruto y me dijo, ves a aquel hombre sentado debajo del árbol, pues es la personificación del hombre devastando árboles y su vegetación, su irresponsabilidad trae consigo un intenso calor, y carencia de frutos, vegetales y el exterminio de animales, y me dijo, ves al hombre llorar, pues ahora se está lamentando pues el día termina cuando la noche llega.

Estuve muy triste y le pregunte como  podríamos remediarlo, sonriente y con tenue mirada me dijo: distinguiste aquella ciudad en sus inicios, pues conviértela nuevamente en su estado natural, plantas y árboles, ríos y manantiales tan limpios como lo fueron, cuida y ama todo lo que te rodea y ellos darán vida. En ese instante me desperté y comenté a mamá y papá.

Creo yo que a medida que pasan los años podemos hacer algo más por nuestra ciudad, podemos y debemos no contaminar nuestros ríos, sembrar árboles y flores que es una de las tantas formas de cuidar nuestro planeta.

 

Autor: Gabriel Moquillaza  Calzado

Edad: 10 años

Colegio: I.E. Fe y Alegría N°67 “María Inmaculada”. Junín. Perú