El fenómeno de la solidaridad quiere ser premiado y consolidado de una forma muy peculiar por la Vicepresidencia Gallega, creando una escuela para ser solidarios. La Xunta los premiará con descuentos en los servicios públicos, dispondrán de un catálogo de derechos y deberes y por supuesto una escuela en la que aprender.

Todos sabemos que no sólo hace falta una buena disposición para ayudar, también es necesario llegar a ejecutar esa voluntad. Para ello nada mejor que acudir a una escuela donde obtener formación y apoyo y sobre todo disposición para entrar en acción cuando sea necesario. La nueva Ley de Voluntariado, incluirá la nada desdeñable y muy entrañable propuesta de crear una “escuela para solidarios” promoviendo la reflexión, la formación y el estudio de semejante fenómeno social.

Las acciones solidarias irán dirigidas a distintos sectores de la población como por ejemplo acompañar a las víctimas de maltrato, también a hechos tan lamentables como desproporcionados como son los desastres naturales, provocados o no por el hombre.

Cada vez se hace más palpable el apoyo que la Administración busca en estas personas, pues en momentos puntuales y hechos descomunales, por llamarlos de alguna manera, es la fuerza del conjunto la que saca adelante el problema en que nos vemos inmersos. Por ésta razón, se decide regular su actividad mediante una ley que les apoye y defienda en sus derechos y obligaciones. Por ello obtendrán una acreditación identificativa, su trabajo voluntario no sustituirá un trabajo remunerado, estarán asegurados por medio de una póliza que cubrirá daños propios y ajenos en caso de accidente y su actividad no será remunerada, no obstante, la entidad o empresa para la que colabore cubrirá sus gastos mínimos por la realización de su voluntariado, dietas, alojamiento o transporte por ejemplo.

La ley de voluntariado también regulará de forma especial todas aquellas organizaciones o asociaciones de acción social quedando obligadas a cumplir los requisitos implícitos en la ley o de lo contrario se les quitarán ayudas, convenios y subvenciones que actualmente están recibiendo, como beneficio obtendrán descuentos fiscales. Ser solidario ahora no sólo vendrá respaldado por un carné sino que reportará otro tipo de satisfacciones.

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La solidaridad de Dynos, lleva la educación a los niños de Togo.


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Dynos es una empresa destacada en la venta de informática y muy preocupada por los problemas y las deficiencias que sufren los países menos desarrollados. Su política de Responsabilidad Social Corporativa siempre se ha declaro solidaria con los más necesitados, puesto que es conocedora de las desigualdades sociales existentes en estos países.

En la actualidad la Fundación Takeli desarrolla un proyecto humanitario en la región de Bodjondè en plena selva togolesa. Dynos colabora activamente con la fundación para implantar centros educativos con el suficiente material escolar para que los niños de hoy puedan desarrollar en el futuro, gracias a su educación, un trabajo que haga prosperar a sus familias. La educación siempre ha sido la base del desarrollo de un país y eso es precisamente lo que se pretende con estas ayudas.

La ayuda de Dynos junto con otras empresas en menor cuantía es inestimable, con su dinero se compra el material escolar, pupitres y sillasropa para el colegio y para la calle, zapatos, balones de futbol, mochilas, etc., sin olvidarnos del transporte para ir a clase e incluso becas para los niños con una economía inferior.