Para escribir lo que estás leyendo quise seguir a un poeta y, debido a que el pasado 22 de diciembre cumplió 150 años de su muerte, pensé que el elegido debía ser Gustavo Adolfo Bécquer.

A lo largo de la historia se ha escrito, desde poetas a pensadores, sobre el sentido de la poesía y siempre se termina afirmando que es la expresión de los sentimientos de un ser humano que ha querido reflejarlos de alguna manera, puede ser por escrito o de forma oral, para sólo el que lo escribe o para compartirlo con los demás. ¿O será que la poesía en sí misma ya estaba ahí y tienen que llegar los poetas para ver con su mirada y su albedrío lo que otros no han visto?

Mientras haya en el mundo primavera

¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

las fuentes de la vida

 

En estos versos está la respuesta porque es la poesía la que es capaz de, no sólo adelantarse a la filosofía y a la historia, sino que es capaz de buscar las respuestas que incluso la ciencia no tenga.

En el poeta la soledad es la gran protagonista, pues se trata de un personal descubrimiento. El que sólo escribe para sí mismo parece ser que no quiere difundir lo que siente, por diversas razones, entre otras, pudieran citarse, el miedo o timidez, la inseguridad o simplemente que considera que lo que ha hecho no tiene valor para otros, y lo hace, simplemente, por el hecho de ver reflejado, de alguna manera, lo que ha sido capaz de crear. Esa forma de expresarse del poeta es algo que muchos, muy posiblemente con razones sobradas, estiman que les deja desnudos ante el resto de sus iguales y aunque, en cierta medida, sea así también debemos pensar que, de la  misma manera, está expresándose, cuando lo desea, de forma velada, de manera en que sólo el que escribe es capaz de descifrar el verdadero sentido de lo que ha escrito y ello lo permite la propia definición de la poesía.

Puede con otras palabras y con la ayuda de la figuras literarias lanzar mensajes subliminales o que otros puedan interpretar como llamadas. Lo cierto es que a lo largo del tiempo y del espacio se ha querido definir la poesía y es ahí cuando vemos que se entiende como poesía: una obra de arte, un paisaje, una flor, un beso o una mirada. Como todo puede ser poesía vamos a centrarnos en la mirada. Si la mirada, o el beso, o la caricia son poesía podríamos afirmar que el primer poeta no fue, precisamente, un hombre. Las tiernas miradas, los besos y las caricias las han utilizado, muchísimo antes que los hombres, los animales para expresar su amor a sus iguales, a sus hijos o a sus parejas.

Si un paisaje, una montaña, el cráter de un volcán, las flores de una pradera o la lluvia que cae se pueden definir como poesía estaríamos hablando que la poesía está presente desde la formación del mundo, en aquellas lavas incandescentes de los primeros momentos de la Tierra y es que como dijera Gustavo Adolfo Bécquer:

Podrá no haber poetas;

pero siempre habrá poesía

 

Es lo mismo cuando contestó a la pregunta sobre lo que era la poesía: “Poesía eres tú”. En ese momento estamos afirmando que la poesía es anterior a su concepción como tal porque es expresión del amor, de la ternura o del deseo y esos sentimientos, mucho antes que los seres humanos, ya los expresaban los animales.

Por todo ello puedo afirmar, totalmente convencido, que si una mirada es poesía, si el amor o la ternura son poesía, el primer poeta no fue, precisamente, un humano.

 

Juan Francisco Santana Domínguez es miembro de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna Internacional y Director del Capítulo Reino de España.