Las personas con autismo se reivindican como talentos en consultoría informática
“Cada uno de nosotros tiene el poder de decidir: ¿vemos una mala o una buena hierba?”. Esta sentencia no es de ningún filósofo ni sociólogo conocido. Esta frase de manual, que bien podría enmarcarse en algunos de los libros de psicología optimista que tan de moda se ha puesto actualmente, fue pronunciada en su momento por el danés Thorkil Sonne fundador hace diez años de la empresa social Specialisterne focalizada en conseguir trabajo para personas con trastorno del espectro del autismo (TEA).