12 de Octubre

Esta sociedad fundada en 1885, en cuyos estatutos aspiraba a ser «una Asociación internacional que tiene por objeto estrechar las relaciones de afecto sociales, económicas, artísticas y políticas de España, Portugal y las Naciones americanas, procurando que exista la más cordial inteligencia entre estos pueblos hermanos». Implantado originalmente como Fiesta de la Raza, en contraposición de la raza hispana con la anglosajona, Miguel de Unamuno fue quien introdujo la palabra Hispanidad en 1910, pero es en 1926 cuando el jesuita Zacarías de Vizcarra, apoyado por su amigo el embajador español en Buenos Aires Ramiro de Maeztu, quien propuso sustituir el término de “raza” por el de “hispanidad”, para evitar las diferencias que podían surgir en las diferentes naciones, «La Hispanidad es un nombre de «familia», de una gran familia de veinte naciones hermanas, que constituyen una «unidad» superior a la sangre, al color y a la raza de la misma manera que la ‘Cristiandad’ expresa la unidad de la familia cristiana, formada por hombres y naciones de todas las razas, y la ‘Humanidad’ abarca sin distinción a todos los hombres de todas las razas, como miembros de una sola familia humana. Es una denominación que a todos honra y a nadie humilla». Ramiro de Maeztu apoyó esa nueva definición en un artículo titulado “La Hispanidad”, que se publicó en la revista Acción Española.

Curiosamente en España, la Hispanidad tiene dos patronas, la Reina de la Hispanidad es Santa María de Guadalupe, coronada en 1928 como “Hispaniarum Regina”, por el cardenal primado de España, Pedro Segura, como legado del Papa Pío XI, su elección se debió a que en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, ubicado en la provincia de Cáceres, Extremadura, España, los Reyes Católicos se reunieron por dos veces con Cristóbal Colón, en junio 1492 para ultimar la partida de este en busca de una nueva ruta hacia las indias bajo la protección a la virgen, tras el regreso Colón, volvió a Guadalupe para dar gracias a la virgen.

Pero también se celebra la Virgen del Pilar, patrona de España y de la ciudad de Zaragoza. La leyenda nos cuenta que se apareció al apóstol Santiago sobre un “Pilar” o columna mientras descansaba a la orilla del río Ebro. En el siglo I se levantó en dicho lugar un primer templo dedicado a la Virgen, cuya primera misa se celebró un 12 de octubre, aun así tendrá que esperar varios siglos hasta que el Papa Clemente XII en 1729 instituyo el 12 de octubre como el día para celebrar Nuestra Señora del Pilar. En 1807, Pío VII concede a esta fiesta carácter de rito de primera clase.

Cuando era niño en el colegio estudiábamos que el 12 de octubre celebrábamos el descubrimiento de América, aquel día que sin saberlo y por un golpe de fortuna Cristóbal Colón arribo a las costas de una isla, “Guanahani”, que él llamo “San Salvador”, en un continente que él creía que era Asia, (concepto de defendió hasta su muerte), cuando buscaba una ruta por el occidente para llegar a la India.

Hoy día el concepto ha cambiado, la política (siempre la dichosa política), entrometida en todo, sea a favor o en contra, está desvirtuando su significado. Desde que salimos de África los humanos nos globalizamos por todo el mundo, a lo largo de la historia del hombre ha habido distintos pueblos con sus reinos e imperios, con sus conquistas y periodos de paz, pero también con su cultura que mezclada con los demás pueblos originaron otras nuevas.

La importancia de los símbolos es vital para cualquier sociedad pues ellos nos fijan y nos dan sentido como miembros pertenecientes a un grupo, una entidad de la cual formamos parte; hoy día en donde estos símbolos se están derribando reclamando una historia que no fue mientras se fantasea con una ficticia, el 12 de octubre se presenta con más fuerza que nunca pues los mismos que intentan derribarlos los utilizan para defenderse de otros símbolos que con fuerza intentan destruir su recién lograda identidad cultural.

El 12 de octubre es el encuentro entre dos mundos desconocidos entre sí, con dos formas distintas de entender el mundo, con muchas lenguas que aún hoy perviven, de las que una es la vehicular entre ellos haciendo de argamasa entre las distintas comunidades, un crisol de razas que supuso el nacimiento de nuevos países con unas nuevas identidades pero con patrimonio cultural común a todos haciendo que todos se reconozcan entre sí, un símbolo que une e identifica a un conjunto de pueblos como pertenecientes a un mismo grupo, que cuando llegas y pisas cualquiera de sus tierras te hace sentir que ya estás en casa.