Esta organización internacional fue creada en 1957 en respuesta a los miedos y a las expectativas que surgieron con motivo del descubrimiento de la energía nuclear. La base de esto está en si esta controvertida energía es la mejor base para ser un arma o para ser una práctica herramienta.
El impulsor de la Agencia fue el presidente Eisenhower, cuando en su comunicado “Atomos por paz” dirigido a la Asamblea General de Naciones Unidas el 8 de diciembre de 1953. El estatuto de la Agencia fue aprobado por los 81 miembros en octubre de 1956. Este estatuto fija los tres fundamentos de la Agencia: verificación nuclear y seguridad, seguridad y transferencia de tecnología.
En los años siguientes a la creación de la Agencia el clima político y tecnológico cambió tanto que para el año 1958 era prácticamente inviable intentar aplicar algunos de los principios recogidos en el estatuto. Después de la tensión provocada por la crisis de los misiles en Cuba, rusos y norteamericanos acercaron posturas en materia de control de armas nucleares.
En 1961 la AIEA abrió su laboratorio en Sibersdorf, Austria, creando un canal de investigación en cooperación en materia nuclear. Y en 1961, la Agencia firmó un acuerdo trilateral con Mónaco, su Oceanográfico y Jacques Cousteau para estudiar los efectos de la radiación en el mar y en su fauna.
Conforme los países alcanzaban una capacidad nuclear, tarde o temprano, adquirían armas nucleares (como Francia en 1960 y China en 1964). Las salvaguardas descritas en el estatuto de la Agencia, diseñadas especialmente para cubrir los supuestos de reactores nucleares o provisiones de combustible, eran claramente inadecuadas para disuadir la proliferación. Así, se hacía especial hincapié en la cooperación internacional para frenar la expansión y eliminar las existentes.
[La demanda de plantas de energía nuclear decayó fuertemente a principios de los años 80]
Especial importancia tuvo la firma del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (NTP) en 1968. El NTP congela el número oficial de Estados con armas nucleares a cinco: Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido, Francia y China). Para otros Estados se les solicita que renuncien a la opción de armas nuclear y concluyan acuerdos de salvaguardas previstas en el estatuto de la Agencia sobre sus materiales nucleares.
La experiencia de los años 70 mostró que casi todos los países industrializados aceptaron el NPT, como también lo hizo el conjunto de países en vías de desarrollo. Pero las investigaciones para mejorar el poder nuclear crecieron dramáticamente. La tecnología había madurado y empezó a ser un producto comercializable. A esto se unió que la crisis del petróleo de 1973 propició la atracción hacia la energía nuclear. Todo lo cual condujo a reforzar el papel de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Pero el péndulo iba a moverse enseguida en sentido contrario. El entusiasmo por la energía nuclear duró dos décadas. La demanda de plantas de energía nuclear decayó fuertemente a principios de los años 80 en la mayor parte de los países occidentales, y se posicionó a cero e aquellos conversos que después del accidente de Chernobyl quisieron liquidar lo nuclear.
En 1988 la Agencia y la FAO juntaron sus fuerzas con otras agencias para erradicar Nwe World Screwworm que esparcía sus desechos mortales. La tecnología basada en la radiación para eliminar el worm fue desarrollada en el Laboratorio Seibersdorf de la Agencia.
En 1991, el descubrimiento del programa clandestino de armas nucleares de Iraq puso en entredicho las medidas de salvaguarda de la Agencia. Pero esto mismo hizo reforzar tal tipo de medidas, las cuales fueron testadas de manera real cuando la República Democrática Popular de Corea fue el segundo país que fue descubierto violando las salvaguardas del acuerdo contenido en el NPT. Los accidentes de Toree Miel Islands y especialmente el de persuadió a los gobiernos para fortalecer el papel de protector de la seguridad nuclear de la Agencia.
A principios de los 90, el fin de la Guerra Fría y el consecuente sentimiento de mejora de la seguridad internacional, eliminó virtualmente la amenaza de un conflicto nuclear a escala mundial. La adhesión de tratados regionales llevó un status de zonas de ausencia de armas nucleares a Latino América, Africa y el Sudeste Asiático.
[El trabajo de la Agencia ha tomado unas dimensiones añadidas de carácter de urgencia]
En cambio, el miedo a la proliferación nuclear en ciertos Estados sucesores de la extinta Unión Soviética fue advertida. En Iraq y Corea del Norte la amenaza fue contenida.
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En 1995, el NPT fue hecho permanente y en 1996 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó y abrió a la firma tratado comprehensivo sobre test ban. Mientras las actividades militares de naturaleza nuclear fueron sometidas a una supervisión por la Agencia. En esos momentos se aceptó que la Agencia pudiera tratar directamente problemas concernientes a la carrera de armas nucleares, verificación de un uso totalmente pacífico del material nuclear o el almacenaje del desmantelamiento del material nuclear de armas y el exceso de almacenaje militar de material de fusión, determinación de riesgos de los desechos nucleares de los barcos militares con carga nuclear hundidos en el Artico y verificación de la seguridad de antiguos test nucleares ubicados en Asia Central y el Pacífico.
En los últimos años, el trabajo de la Agencia ha tomado unas dimensiones añadidas de carácter de urgencia. Entre ellas están las contramedidas contra la amenaza de terrorismo nuclear.
Pero el peligro nuclear no es solamente el trabajo de la Agencia. Para la mayoría de miembros de la Agencia, la energía nuclear solamente proporciona electricidad, calefacción o desala el agua del mar. Y para muchos países en vías de desarrollo, los usos principales de la energía nuclear son muchos: en agricultura, salud humana, industria, medio ambiente, hidrología y biología, producción de isótopos para usos médicos, etc. Y, obviamente, los países pobres no tienen infraestructura para abordar estos usos. Incluso para muchos países avanzados estas tecnologías escapan a sus posibilidades. Por ello, en 1996, los Estados miembros de la Agencia, entre ellos 20 de los países menos avanzados, acordaron apoyar que el flujo de conocimientos en estas materias pudiera beneficiar a los menos pudientes.
MISIÓN DE LA AGENCIA
La Agencia ayuda a los países a mejorar la seguridad nuclear y a prepararlos y a responder a posibles emergencias. Su principal tarea es proteger a las personas y al medio ambiente de la exposición de la radiación perjudicial.
El trabajo lo lleva a cabo a través de convenios internacionales, estandarizaciones y asesoramiento.
El Departamento de Seguridad Nuclear de la Agencia es el órgano que se ocupa de estas materias.
La prioridad se centra en dos grupos de actividades:
- las que cubren las instalaciones nucleares, emisiones de radioactividad, transporte de material radiactivo, desechos radiactivos.
- las que cubren materiales radiactivos. El objetivo de este grupo de actividades es ayudar a los Estados a prevenir, detectar y responder al terrorismo o a otros actos maliciosos (tales como posesión ilegal, uso, transferencia y tráfico) y proteger las instalaciones nucleares y el transporte contra el sabotaje.
El trabajo de la Agencia dispone de un marco para la construir y fortalecer los lazos de cooperación en materia de seguridad. Este marco incluye estándares de asesoramiento internacional, códigos y guías; convenios internacionales; revisiones mutuas internacionales para evaluar las operaciones nacionales, capacidades e infraestructuras; y un sistema internacional de emergencia de prevención y respuesta.
SECRETARÍA
El Secretariado de la Agencia está compuesto por un equipo de 2.200 profesionales multidisciplinares y el soporte de personal administrativo de más de 90 países. Proceden de los campos científicos, técnicos, de gestión y otras profesiones.
La mayor parte de estas mujeres y hombres trabajan en la sede de la Agencia en Viena (Austria). Otros trabajan en las oficinas regionales de Toronto y Tokio. Existen oficinas de enlace en Nueva York y Ginebra. Además están los laboratorios de Seibersdorf (Austria) y de Mónaco.
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El organigrama de la Agencia se compone de seis departamentos: dirección, ciencias y aplicaciones nucleares, energía nuclear, seguridad nuclear, cooperación técnica y salvaguardas y verificación.
El trabajo que realizan estos departamentos es tan variado como lo es el paisaje de las tecnologías nucleares pacíficas. Inspectores de salvaguardas y analistas comprueban y verifican el paradero de material nuclear sensible. Especialistas técnicos desarrollan proyectos para ayudar a los países a llevar agua potable a las ciudades y mejorar las cosechas de sus agricultores. Otros ayudan a los científicos a mejorar el entendimiento y proteger el medioambiente, y a los médicos a prevenir y tratar enfermedades.
Expertos en energía nuclear, especialistas en radiación e ingenieros colaboran con los países que lo necesitan para encontrar estándares de seguridad en las plantas nucleares o para mejorar el tratamiento y transporte de material radiactivo.
Junto a todos ellos, en el terreno administrativo y técnico, una importante organización de apoyo trabaja en la sombra para que todo ello sea posible.
En definitiva, la Agencia es el centro de cooperación mundial en el terreno de lo nuclear. Fue establecida como la organización mundial de “Atomos para la Paz” en 1957 dentro de la familia de Naciones Unidas. La Agencia trabaja con sus Estados miembros y múltiple socios en todo el mundo para promover tecnologías nucleares pacíficas y seguras.
La Agencia maneja unos recursos financieros que se componen de un presupuesto regular y de contribuciones voluntarias. El presupuesto regular se cifra en 283.611.000 euros. Las contribuciones voluntarias para la cooperación técnica alcanzan los 80 millones de dólares.
DIRECTOR GENERAL
El Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica es el Doctor Mohammed El Baradei, de nacionalidad egipcia. Se mantiene en este cargo desde el 1 de diciembre de 1997. Anteriormente, ocupó otros puestos de responsabilidad, entre ellos el de Asesor Legal de la Agencia.
El Dr Baradei es un diplomático que está familiarizado con e trabajo de organizaciones internacionales, particularmente en los campos de la paz, la seguridad y el Derecho.