Acomódense, y disfruten del deshielo
Se rompe una de las últimas fronteras del planeta: los grandes cruceros ya atraviesan el Ártico.
Se rompe una de las últimas fronteras del planeta: los grandes cruceros ya atraviesan el Ártico.
La industria del cine, a veces frívola, otras más implicada, suele acercarse a los problemas que preocupan a la sociedad global. Hoy esa inquietud se ha trasladado a un problema que nadie niega: las consecuencias devastadoras del deterioro del medio ambiente, aceleradas por un hecho cada vez más asumido e interiorizado por la sociedad, como es el cambio climático.
Consigue que las cosechas se echen a perder y que las familias más estrechamente vinculadas a la tierra pierdan los recursos que les permiten ganarse la vida.
Por ejemplo cada español emite 6 toneladas de CO2 al año derivadas de la alimentación, engrosando el 44% de gases de efecto invernadero que supone el sector agroalimentario a nivel mundial.
Llevó décadas demostrar que fumar provocaba cáncer, enfermedades cardíacas e incluso la muerte, y otros tantos años más afirmar que los fumadores pasivos sufrían consecuencias similares. Pues bien, hace tiempo que llegó la hora de admitir que tenemos ante nosotros –o, más bien, sobre nosotros− una grave amenaza: la contaminación, que nos convierte a todos, sin excepción ni elección, en fumadores pasivos.
Las temperaturas primaverales de las que estamos disfrutando estos días navideños ya son un síntoma de que los efectos del cambio climático se están haciendo notar, poco a poco, también en aquellos países lejanos a los polos, cuyo deshielo es una realidad desde hace varios años, pero es que, ahora, además de las sensaciones térmicas que podamos tener los ciudadanos de a pie, es la propia Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) quien, en base a datos recogidos hasta el pasado 30 de noviembre, quien también lo constata.
Concluida la cumbre de Paris y leídas sus conclusiones, son muchas las voces que están pidiendo una puesta en práctica urgente de los acuerdos alcanzados. Detener el cambio climático exige un gran esfuerzo por parte de todos los países firmantes, que parecen decididos a tomar medidas serias para reducir las emisiones de CO2. Personas de todo el mundo contemplan con esperanza la aplicación del acuerdo, pero se quedan a la expectativa, creyendo que son solo sus gobiernos los que deben trabajar para que se produzca ese deseado cambio. Sin embargo, todos y cada uno de nosotros podemos contribuir de forma fácil a que las emisiones desciendan.
Sobre el acuerdo alcanzado en la Cumbre del Clima de París (COP 21), Greenpeace valora positivamente el compromiso de casi 200 países de limitar a 1,5 ºC el calentamiento global pero alerta de que no fija los medios para lograrlo.
Lo peor del texto en el que se está trabajando en París es la falta de concreción de un plazo para la eliminación de las emisiones de carbono y que los objetivos de reducción sean débiles. No obstante, es positivo que siga presente en el borrador el objetivo de no sobrepasar los 1,5 grados de aumento de la temperatura media del planeta.
Representantes de 195 países, más la Unión Europea, se dan cita entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre en París para intentar poner al mundo en la senda de una economía baja en carbono. Las expectativas de alcanzar un resultado favorable son altas y las señales que apuntan a que nada será como antes, pero el hecho de que esta reunión sea ya la vigesimoprimera de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático revela que no será tarea fácil. Os dejamos cinco claves para entender una conferencia (COP 21) que algunos ven como el principio del fin de la era de los combustibles fósiles.