The Greenpeace hot air balloon flies in Paris in front of the Eiffel Tower. The banners underneath the balloon read "Rise up for renewables' in English and "renouvelons l'énergie" in French. This photo opportunity in Paris calls for climate action and energy from 100% renewable sources ahead of crunch climate talks in Paris.

The Greenpeace hot air balloon flies in Paris in front of the Eiffel Tower. The banners underneath the balloon read “Rise up for renewables’ in English and “renouvelons l’énergie” in French. This photo opportunity in Paris calls for climate action and energy from 100% renewable sources ahead of crunch climate talks in Paris.

El martes se conoció el nuevo borrador del acuerdo climático que se discute en la Cumbre del Clima de París (COP21). Tras una semana y media de negociaciones, el texto que debía acordarse este viernes, y que se ha pospuesto hasta mañana, se ha reducido en 14 páginas, lo que lo hace mucho más concreto. Greenpeace considera que, aunque contiene algunos avances, este texto todavía no consigue fijar acuerdos ambiciosos. Y recuerda que si se quiere impedir un calentamiento de 1,5 grados (para evitar los peores efectos del cambio climático) es necesario el abandono total de los combustibles fósiles en 2050. Para la organización ecologista, ésta es la clave de los acuerdos.

Detrás de algunas de las palabras de este texto pueden verse todavía los intereses de los estados productores de petróleo. Este borrador tiene cosas buenas y malas, pero tenemos tres días para conseguir que lo peor sea eliminado y lograr un acuerdo aceptable”, ha declarado desde París Tatiana Nuño, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace. “Es la hora de la verdad. Va a ser difícil, hay mucho todavía que negociar. Pero valoramos de forma positiva que el objetivo de no sobrepasar el aumento de la temperatura media del planeta en 1,5 grados siga presente en el texto”.

Como aspectos negativos, Greenpeace destaca que los objetivos de emisiones de los países sean tan débiles y que haya pocas llamadas en el texto para que sean mejores. Aunque para la ONG, lo peor es cómo está formulado lo relativo a la fecha límite para la eliminación de las emisiones de carbono. Ahora mismo, el borrador de acuerdo contiene un lenguaje débil en lugar de establecer un plazo ajustado a 2050 y apunta que es necesaria una fecha clara, sin la cual este acuerdo no tendrá peso.

“El plazo de 2050 para la descarbonización total es factible si se pone la necesaria voluntad política. Los hechos juegan a favor. Gracias al crecimiento de las energías renovables, las emisiones mundiales pueden estar ya dejando de crecer”, añade Nuño.

La organización ecologista considera que hay una desconexión entre lo que está sucediendo en la sala de conferencias de la COP y lo que ocurre en el mundo real. Y pide a los negociadores que, en los tres días que tienen aún por delante, eleven el listón. Y resalta que si son capaces de comprometerse con una meta de 1,5 grados, deben también ser capaces de establecer una fecha de eliminación de los combustibles fósiles para 2050, ya que esta es la única forma de no sobrepasar el grado y medio.

Los negociadores también deben estar de acuerdo en que los países vuelvan a la mesa con objetivos de emisiones más ambiciosos y que se fortalezcan con regularidad. “Lo ideal sería que este acuerdo nos comprometa al 100% de energías renovables, a proteger a los pueblos indígenas, a garantizar la financiación del desarrollo de los países más pobres sin cargar de carbono la atmósfera, y a compensar a las personas por las pérdidas y daños que están sufriendo en primera línea por el cambio climático”, concluye Nuño.

greenpeace.org