El mismo Rajendra Pachauri, presidente de la Naciones Unidas para el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, comentó que deberíamos de tener como objetivo dejar de comer carne una vez a la semana, para que de forma paulatina dejáramos de hacerlo para siempre, o al menos reducir su consumo al mínimo.

Para Pachauri, reconocido vegetariano, estamos ante una oportunidad única para lograr la reducción del consumo de carne en un periodo de tiempo relativamente corto. Es más, precisa que debemos conocer los impactos ambientales que provocan todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. El objetivo es reducir emisiones en todos y cada uno de los sectores de la economía.

La ONU declara que una quinta parte de las emisiones de efecto invernadero lanzadas a la atmósfera, provienen directamente de la producción de carne, para ser más concretos, sólo las vacas que emiten metano en sus deposiciones, ocupan uno de los porcentajes más altos en términos de contaminación por gases, pues el metano es unas 23 veces más potente que el dióxido de carbono.

El grupo Compasión in World Farming ha demostrado que si la media de hogares del Reino Unido redujeran el consumo de carne, sería más efectivo que reducir a la mitad el uso del automóvil. Por su parte Pachauri se rueinió con un grupo muy importante de restauradores y propietarios de empresas de la alimentación que poyan profundamente la iniciativa, explicando que es mucho más sano disfrutar de un poco de carne que incurrir en la gula.

El aviso que nos lanza la ONU debería de sumarse a todas las propuestas que vamos a llevar a cabo para ser más responsables en nuestro consumo. Los problemas a los que nos enfrentamos por el cambio climático están todos interrelacionados, así como las medidas para paliarlo: desarrollo sostenible, consumo responsable y energías renovables… y luego estamos nosotros al final de la cadena, el eslabón que debe unirla y hacer que funcione.

Estudio sobre el impacto del cambio climático en la economía caribeña

El proyecto será dirigido por La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y su objetivo prioritario será determinar las medidas necesarias para combatir el cambio climático y establecer el costo-efectividad para llegar a una reducción de la pobreza, potenciar el desarrollo humano y la sustentabilidad ambiental en el Caribe.

Hay que tener en cuenta que nos encontramos en una zona isleña, en la que el nivel del mar aumentará considerablemente por el derretimiento de los polos y el calentamiento global provoca unas temperaturas mucho más altas poco propicias para el turismo, acompañadas de pocas lluvias que provocarán sequías imparables, deforestación, desertificación, escasez de agua y una reducción en la producción agrícola.


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El cambio climático está empezando a dejar huella en la economía de muchos países y los turísticos son los más resentidos, en el caso que nos ocupa las consecuencias económicas harán cada vez más difíciles las pretensiones de CEPAL directamente vinculadas a los objetivos del Milenio para 2015.

El estudio constituirá una guía importante para América Latina y el Caribe en la lucha contra el cambio climático y sus consecuencias directas, en éste caso las económicas.