Sin embargo, es difícil que la sociedad y la política reconozcan esta situación, explicó Elena Mejía, investigadora de CIFOR que trabaja en el proyecto Pro-Formal en Ecuador, del cual forma parte este estudio de género.

El objetivo de Pro-Formal es arrojar luz sobre el mercado maderero de Ecuador y la manera en que participan en este los pequeños productores. El estudio de género fue realizado por Mejía y Liliana Vásquez, una estudiante que trabaja con CIFOR en el proyecto.

Se tiende a suponer que el aprovechamiento de la madera y la utilización del bosque en general son actividades exclusivamente masculinas, como es habitual en las comunidades mestizas de la misma zona, dice Mejía. Investigaciones anteriores de CIFOR han determinado que es muy frecuente que en las comunidades forestales de América Latina se considere que “el lugar de la mujer no está en el bosque”.

No obstante, mientras que las mujeres mestizas de la Amazonía ecuatoriana se aferran a las actividades domésticas y reproductivas tradicionales, las quechuas de zonas aledañas están empezando a diversificarse.

Los investigadores encuestaron a alrededor de 20 mujeres quechuas en Orellana y Napo. Además de entrevistarlas, les pidieron que completaran un calendario diario y mensual de sus actividades.

Este es un estudio pequeño, y es necesario realizar más trabajos determinar cuán generalizado es el fenómeno. De todos modos, estos resultados son importantes, agregó Mejía, para refutar el mito común de que las actividades forestales son puramente masculinas.

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