Fundado en 2008 a iniciativa del gobierno noruego, cada vez son más los países que depositan allí su banco de grano cultivable. Comparten estancia semillas de Estados Unidos, de Etiopía o incluso la hermética Corea del Norte. Por el momento, un millón de variedades diferentes en sus respectivos paquetes. El objetivo de esta iniciativa internacional es preservar las semillas que nos sirven de alimento ante la pérdida de biodiversidad que ya estamos padeciendo, y una probable catástrofe planetaria.

Este búnker es también uno de los lugares más seguros del mundo. Su estructura resiste seísmos, actividad volcánica, radiación, tsunamis y todo tipo de catástrofes naturales. Las semillas se mantienen a una temperatura estable de -18 grados centígrados y, en caso de fallo eléctrico, el permafrost (esto es, la capa de hielo) que lo rodea haría las veces de refrigerante natural. Si se diera un conflicto bélico, se ha firmado un tratado internacional que califica este territorio como zona desmilitarizada.

La montaña congelada en cuyas entrañas se encuentra este búnker está situada a 130 metros sobre el nivel del mar, así los constructores noruegos garantizan que las instalaciones no se inundarán aun en el caso de que los casquetes polares se derritieran. Con lo que no contaban es que lo que se va a derretir antes es la propia montaña. Porque este semillero está construido a prueba de todo… Menos de la estulticia y la sinrazón del ser humano.

Como acaba de recoger el diario The Guardian, debido a las elevadas temperaturas que ha sufrido el Circulo Polar Ártico en su año más caliente desde que hay registro, se han producido muchos derretimientos y lluvias en lugar de la habitual nieve fina de esa zona. Como han declarado los responsables del semillero, no contaron en su construcción con que la zona podría llegar a climas tan extremos. La consecuencia es que se filtró una gran cantidad de agua por el túnel que, por suerte, se congeló antes de llegar a la bóveda, aún lejos de los bancos de semillas. En cualquier caso es un primer aviso que no genera tranquilidad, precisamente. El problema no es tanto que las semillas lleguen a mojarse, puesto que están en un compartimento estanco, como que la temperatura óptima varíe y las inutilice para futuros cultivos.

Filtraciones en el tunel

El Gobierno noruego ha manifestado que actualmente el búnker no corre peligro, pero están atentos a si esta subida de temperaturas es puntual, o una consecuencia del cambio climático y, por tanto, se agravará en años venideros. Por el momento, ha tenido que tomar una medida que antes era innecesaria: vigilar el búnker presencialmente las 24 horas del día.                                                                   

El “arca” de la polémica

Si bien el fin con el que fue creado es loable, este semillero despierta escepticismos entre algunas organizaciones ecologistas como GRAIN, que lucha contra el acaparamiento de tierras. Desde la organización manifestaron hace unos años: «Nos presentan Svalbard como una medida de seguridad contra la pérdida de biodiversidad de los cultivos en el mundo, pero en realidad es una nueva apuesta para hacer la conservación ex situ, esto es, en instalaciones lejos de los campos de los campesinos». En opinión de GRAIN, «la pérdida de biodiversidad se da por el acaparamiento de tierras en países pobres, los cultivos transgénicos y la agricultura industrial, y esos son los problemas que hay que atacar». Y rematan: «El banco de semillas de Svalbard no aporta nada contra esto».

Luis Meyer