En el aula siempre las alumnas y alumnos preguntan por qué existe el día del agua? y ahí , en ese punto exacto, es donde se origina el gran debate para la construcción, el gran ping pong de preguntas y posibles respuestas entre todas y todos. Ese maravilloso momento donde toma sentido literal El “para qué?” día del agua. Ese justamente es el sentido. Pensar en el agua y todas sus formas como manifestación natural, la presencia de océanos, ríos, lagunas, arroyos, mares, glaciares. La importancia de las lluvias. La importancia de la preservación de los humedales, tan afectados por los incendios en distintas partes de nuestro planeta. Esos humedales que son el corazón latiente de la biodiversidad. Humedales que sostienen los microclimas necesarios para purificar agua, para sostener y alimentar las diferentes formas de vida.
En el día del agua también conversamos desde la posibilidad de análisis macro y micro con respecto al agua. Nuestro cuerpo humano está constituido por un 70% de agua, y nuestro planeta Tierra presenta un 71% de superficie ocupada por agua. El agua es la gran protagonista, reguladora de ciclos climáticos-ambientales y en consecuencia reguladora de los pulsos que hacen posible las diferentes formas de vida. Sabido es que tanto el fenómeno de la niña, como el del niño, se originan de la vinculación de las grandes masas de aguas oceánicas, con las diferentes temperaturas que desarrolla nuestra atmosfera. De esa danza conjunta y en movimiento dinámico constante se replican estos fenómenos que impactan sobre los continentes y marcan las pulsiones de lluvias y sequías. Las cuales aumentan o disminuyen las lluvias, por ende aumentan o disminuyen la vegetación, y en consecuencia aumentan o disminuyen la presencia de otras formas de vida, como ser los animales, ya que ellos en su cadena alimentaria dependen inicialmente de las plantas que necesitan el agua para hacer su fotosíntesis.
Y así continuamos en nuestra construcción continua y eslabonada de conocimientos, y llegamos a pensar ¿como la protegemos? En un análisis que va mucho más allá de cerrar las canillas, de controlar el uso de agua potable. Un análisis que va también de lo macro a lo micro. Un análisis que lleva a descubrir el vínculo del agua con los residuos que 8 mil millones de humanos generamos sobre este planeta cuya superficie es mayormente ocupada por el agua.
Propuestas de estudios del impacto ambiental que generan cada una de las acciones que los estados, naciones y empresas emprenden en la cotidianidad, hacen a la forma de proteger el agua del planeta. Así como también pensar juntxs, en el aula, que impacto ambiental pueden acarrear nuestras acciones cotidianas, desde la forma en que desecho mis residuos en casa, hasta el modo que elijo para trasladarme en la ciudad, así (y muy importante) la manera de seleccionar lo que consumo. Ya que no es lo mismo elegir marcas de productos regionales, los cuales son trasladados desde corta y mediana distancia. A elegir consumir productos de marcas internacionales, que viajan miles de kilómetros para llegar a nuestras manos. Ese traslado, esa diferencia de distancia, implican motores de aviones o barcos emanando gases y residuos al ambiente. Nuestra casa común. Por eso, el consumo consciente, también protege el agua.
22 de marzo, día Internacional del Agua. Un día para despertar conciencia ambiental.
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