A pesar de los cambios que poco a poco están llegando a muchas partes de Africa, modificando algunas de sus costumbres por otras que llegan desde países desarrollados e independientemente de las “reglas” establecidas por las religiones musulmana y cristiana, en muchas partes de Africa se siguen manteniendo las tradiciones en cuanto al matrimonio propias de cada grupo étnico.

En general casi todas las practicas llevadas a cabo coinciden en ciertos puntos, comunes a todas, por ejemplo: el concepto de matrimonio tiene, no solo la idea de unión entre dos personas, es también visto como una unión entre clanes diferentes o linajes del mismo clan.

En casi todas las etnias existe el concepto de “dote”, también conocido por nosotros, aunque hoy en desuso. Las familias llegan a un acuerdo con respecto a la cantidad de bienes o dinero que la familia del novio debe entregar a la familia de la novia, incluso puede considerarse dote el hecho de que el novio trabaje durante un tiempo para la familia de la novia.

Aunque actualmente los novios suelen tener libertad para elegir a sus futuras parejas, si es cierto que la familia continua siendo parte activa en esta elección, ya no eligiendo, si no aconsejando o desaconsejando el enlace, ateniendose a las circunstancias personales, económicas, familiares del candidato. En algunas zonas se sigue manteniendo el matrimonio pactado desde la infancia de los futuros novios.

Es ya sabido que en muchos países Africanos continua existiendo legalmente la poligamia, que consiste en que el hombre puede tener varias esposas, sin embargo la mayoría de los matrimonios es monógamo.

¿Cuales podrían ser los factores positivos de un matrimonio polígamo?

Uno de los más defendidos es el económico. Para un hombre es beneficioso el tener varias esposas, ya que gana con ello mano de obra que trabajara en sus tierras. Sin embargo, en otros casos repercute negativamente, ya que el hombre tiene demasiadas personas a las que alimentar.

Otro de los motivos importantes a favor de la poligamia es el social, en algunas sociedades cuanto mayor sea el número de esposas mayor será el prestigio social. Incluso puede darse que la primera mujer anime al marido a casarse nuevamente y poder así compartir las tareas familiares con otra persona. Además, la primera mujer gana prestigio cada vez que su marido se casa. Los matrimonios también pueden realizarse para aumentar las alianzas sociales y políticas.

En otras sociedades se sigue manteniendo la costumbre de mantener uno o dos años de abstinencia tras haber parido, para garantizar con ello la calidad de la leche materna. Por este motivo muchos hombres recurren a otro matrimonio, en otras ocasiones, cuando no se han logrado tener hijos se culpa directamente a la mujer de esterilidad y el hombre vuelve a casarse para poder así tener descendencia. Si con la nueva mujer llegan los hijos supondrá el fin de la humillación y deshonra que supone el no tener hijos para estas sociedades.

A pesar de estos motivos, que podrían considerarse positivos, la poligamia acarrea también efectos negativos, generando más inconvenientes que ventajas. Por ejemplo, en muchas ocasiones los celos son motivo de disputa entre mujeres, lo que genera competitividad y chantajes al marido. Si los problemas persisten en el tiempo el marido puede optar por separar a las mujeres en varias casas, situación que en vez de mejorar puede llevar a empeorar el matrimonio, ya que se produce el distanciamiento físico de la pareja y de los hijos. La mujer que se sienta desplazada puede llegar a tener amantes o dedicarse en exclusiva al cuidado de los hijos.

Otro de los efectos negativos de la poligamia es la desigualdad entre mujeres. Generalmente la primera mujer es la que mejor trato recibe, sus hijos serán los que mejor educación tengan. Mientras que la mujer menor seguramente no se sentirá libre para actuar o para opinar, sus hijos recibirán peor educación y la relación con el marido será peor.

Otra de las costumbres que a nosotros nos pueden resultar extrañas es el Levirato. Esta práctica consiste en que cuando una mujer enviuda contrae matrimonio con uno de los hermanos del marido fallecido.

A pesar de todas estas costumbres un tanto anticuadas quizá, en Africa también son posibles los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Desde el año 2006, en Sudáfrica, está legalizado el matrimonio o asociación civil entre dos personas del mismo sexo mayores de 18 años. El matrimonio puede ser por lo civil o ante los oficiantes religiosos de credos que permitan este tipo de unión.

Con ello podemos comprobar como poco a poco nuevas normas, leyes, costumbres van llegando a Africa, con la esperanza de llevar con ello efectos positivos a la sociedad.