Pero en la práctica no se cumple ya que el agua es embotellada y recibe todo tipo de procesamientos, etiquetas, publicidad y precios, al mismo tiempo que, una vez utilizada por la humanidad, vuelve con distintos tipos de contaminación a la naturaleza, además de que los envases plásticos en los que se comercializa también contribuyen a la carga de residuos no biotransformables.

Se calcula que por minuto se compran un millón de botellas de agua en el mundo, generando así 10 toneladas de residuo plástico en tan corto lapso en el que no hemos ni siquiera terminado de beber medio litro de agua.

Paralelamente las noticias nos informan que no hay agua suficiente para riego de los cultivos de alimentos y más de 20.000 familias campesinas han perdido cosechas de papa, haba, maíz y arveja, en zonas rurales del Departamento de La Paz, en las cosechas que contemplan los meses de diciembre 2022 a marzo 2023, por la falta de lluvias y desbarajuste de tiempos entre las heladas de madrugada y el intenso calor a media mañana.

Contradicciones como esta perdurarán siempre que la humanidad demuestre negligencia a la hora de cambiar sus hábitos y no quiera entender que cada acción individual cuenta para no contribuir al desastre, en la misma proporción que cada acción consumidora individual cuenta para la estadística de la contaminación.

Son muy didácticas las ilustraciones que circulan sobre las abejas y su importante trabajo polinizador para salvar la naturaleza y posibilitar su regeneración, pero ni con dibujos dimensionamos que, si un sistema de vida depende de insectos que pesan 3,5 gramos: ¿cómo es posible que humanos de 70 kilos con cerebros de medio kilo no se organicen para vivir sin contaminar este planeta?

Ya ni siquiera se nos pide que protejamos, se nos exige que no destruyamos y ni de eso somos capaces. Por lo tanto, antes de celebrar el día del agua ayudando a nuestros niños a cumplir con su tarea de la escuela graficando el agua en cuadernos de papel elaborado con árboles que deberían estar dando agua, revisemos todas nuestras acciones cotidianas humanas y comparémoslas con la vida de los 10 primeros animales que nos vengan a la memoria. Cuántos de ellos contaminan con sus hábitos, de qué forma lo hacen, cuántos kilos de residuos contaminantes producen por minuto, cuánta agua desperdician y para cerrar, qué sanciones, multas, castigos y penalidades merecen.