Los convocantes y asistentes a estas marchas, bloqueos y ocupaciones quieren denunciar públicamente los grandes proyectos hidrológicos. Algunas de las acciones planificadas son el bloqueo de líneas de ferrocarril y carreteras, ocupaciones en sedes gubernamentales, empresas y centrales hidroeléctricas en construcción. Todas estas acciones se han llevado a cabo sin ningún incidente grave, salvo la herida de bala que sufrió un campesino durante una ocupación.

Si bien la lucha sigue en pie, ya podemos reportar el primer triunfo del movimiento, ya que el IBAMA (Instituto de Medio Ambiente) aceptó escuchar las peticiones de la población afectada y revisar la evaluación de la central de Tijuco Alto, ubicada en el río Ribeira de Iguape, que supondría la inundación de 53 Km. cuadrados de la mayor área existente de Mata Atlántica, un ecosistema boscoso que ya ha perdido el 93% de su extensión original, además de inundar unas cuevas naturales, reclamo turístico de la zona. Si el proyecto se llevara a cabo finalmente, la única beneficiada sería la Compañía Brasileña de Aluminio, impulsora y dueña del proyecto y a la cual se destinaría toda la energía generada.

Sirva pues esta protesta y las acciones levadas a cabo para imponer un poco de cordura en el desarrollo hidroeléctrico brasileño que únicamente se basa en la creciente demanda y en las soluciones más baratas, permitiendo que los ciudadanos de a pie tengan que pagar unos precios abusivos por la electricidad, mientras sus conciudadanos son expulsados de sus casas para el beneficio único y exclusivo de las grandes empresas brasileñas.

Reciclar CO2 para hacer combustible

Un grupo de investigadores del laboratorio nacional de Sandia, en los Estados Unidos, has descubierto una manera de, a través del uso de la energía de la luz solar, reciclar el CO2 y convertirlo en combustible, como el metano, o la gasolina.


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El proyecto ha sido denominado Sunlight to Petrol (luz solar a petróleo), y el prototipo aún no desarrollado funcionará de la siguiente manera: el prototipo, del tamaño de un barril de cerveza albergará 14 anillos de ferrita de cobalto girando a una revolución por minuto. Estos anillos serán calentados mediante un caldero solar hasta calentarlos a 1426º C. En ese momento la ferrita libera oxígeno, y al ser enfriados se exponen al CO2, de dónde la ferrita absorbe el oxígeno que ahora le falta, dejando detrás el monóxido de carbono que sirve para hacer hidrocarburos que sirven, a su vez, para elaborar metanol o gasolina. En este punto comenzaría de nuevo el proceso, pues la ferrita de cobalto volvió a su estado inicial al absorber el oxígeno perdido.

Aunque implementar este prototipo a gran escala supondrá un gasto importante de dinero y espacio, los investigadores creen lo tendrían listo para dentro de unos diez a veinte años para escala industrial.

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La embarcación más ecológica del mundo

A medida que el transporte náutico ha ido avanzando y evolucionando técnicamente se ha convertido en un perjudicial sistema de transporte para el ecosistema marino. Para dar un paso atrás en la contaminación y un paso adelante en cuestiones de desarrollo sostenible nace el proyecto CREATING («Concepts to reduce environmental impact and attain optimal transport performance by inland navigation» o Conceptos para reducir el impacto ambiental y lograr un rendimiento óptimo del transporte por la navegación interna), que cuenta con el apoyo y financiación de la Unión Europea y la petrolera BP.


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La base del proyecto es el buque Victoria, propiedad de la multinacional petrolera, en el que se han efectuado numerosas modificaciones que reducirán sus emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) tóxicos en un 92% y las partículas sólidas en un 98%, además de eliminar prácticamente en su totalidad las emisiones de óxidos de azufre (SOx) y rebajar sus emisiones de CO2 en un 5%.

Mediante la inyección de urea, un compuesto orgánico de dióxido de carbono y amoniaco, se reducirán las emisiones de NOx, ya que el amoníaco reacciona y elimina la mayor parte de los óxidos evitando que accedan a la atmósfera. Las partículas sólidas, tales como hollines y otras materias son eliminadas por unos filtros instalados en el sistema que depuran los gases de escape. Estos filtros disponen de unos sistemas de regeneración para evitar las obstrucciones o atascos.

Por último, para evitar las emisiones de SOx, se ha replanteado completamente el sistema de combustible del buque, cambiando del fuelóleo (más común y cuyo contenido en azufre es de 1.000 partes por millón) por fuelóleo ultra bajo en azufre (tiene un contenido en azufre de 10 partes por millón).

Junto con todas estas medidas el Victoria cuenta además con un sistema de eficiencia del combustibles que calcula la velocidad entre dos puntos más económica para llegar, invirtiendo la menor cantidad de combustible posible en la trayectoria. Este dispositivo ha sido denominado Tempomaat y consigue que, al invertir menor cantidad de combustible se expulse a atmósfera una menor cantidad de CO2.