Para quienes habitan el Occidente de Estados Unidos, el eclipse será más intenso justo antes del amanecer local. Mire hacia el Oeste para ver la Luna roja hundiéndose en el horizonte mientras el Sol se levanta a su espalda. Es una extraña forma de comenzar el día.

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La Luna no sólo será hermosamente roja, sino que también se verá ampliada por la ilusión lunar. Por razones que los astrónomos o los psicólogos todavía no entienden por completo, la Luna a baja altura parece más grande que lo normal cuando se la ve a través de los árboles, de los edificios y de otros objetos que se encuentran en el fondo. De hecho, una Luna baja no es más grande que cualquier otra Luna (las cámaras lo prueban), pero el cerebro humano insiste en lo contrario. Para los observadores ubicados en el Occidente de Estados Unidos, por lo tanto, el eclipse se verá de gran tamaño.

Podría parecer desconcertante que la Luna se torne roja cuando ingresa en la sombra de la Tierra; ¿no se supone que las sombras son oscuras? En este caso, la delicada capa de aire polvoroso que rodea a nuestro planeta enrojece y redirecciona la luz del Sol, llenando de este modo la oscuridad que se ubica por detrás de la Tierra con un brilloso tono rojizo como el de una puesta de Sol. El tono exacto (cualquiera que vaya desde anaranjado brilloso hasta el rojo sangre es posible) depende del impredecible estado de la atmósfera en el momento en el cual tiene lugar el eclipse. Como le encantaba decir a Jack Horkheimer (1938-2010), del Planetario de Tránsito Espacial de Miami (Miami Space Transit Planetarium, en idioma inglés): «Sólo la sombra sabe».

Pero el científico atmosférico Richard Keen, de la Universidad de Colorado, también podría saber. Durante años él ha estudiado eclipses lunares como un medio para monitorizar las condiciones en la parte superior de la atmósfera de la Tierra y se ha convertido en un experto en pronosticar estos eventos.

«Probablemente este eclipse sea de color naranja brillante, o incluso de color cobrizo, con un posible toque de turquesa en los bordes», predice él.

La estratósfera de la Tierra es la clave: «Durante un eclipse lunar, la mayor parte de la luz que ilumina la Luna pasa a través de la estratósfera, donde es enrojecida por dispersión», explica Keen. «Si la estratósfera está llena de polvo que proviene de erupciones volcánicas, el eclipse será oscuro; una estratósfera limpia, por otro lado, produce un eclipse más brillante. En este momento, la estratósfera está casi limpia, con poca entrada de polvo de volcanes recientes».

Eso explica el brillo del eclipse, pero ¿qué sucede con el «toque de turquesa»?

«La luz que pasa a través de la parte superior de la estratósfera penetra en la capa de ozono, la cual absorbe la luz roja y, de hecho, hace que el rayo de luz que pasa por allí se torne más azul. Esto se puede ver como un margen azul suave alrededor del centro rojo de la sombra de la Tierra».

Busque el turquesa cerca del inicio del eclipse, cuando el borde de la sombra de la Tierra barra el terreno lunar, aconseja Richard Keen.

Un gran eclipse de Luna, de color rojo brillante y con un toque de turquesa suave, tendrá lugar el sábado 10 de diciembre. Despierte y disfrute del espectáculo.

 

nasa.gov