Carrillo sostuvo esta afirmación luego de realizar estudios en la parte amazónica del país y en el norte de La Paz donde se desarrolla la explotación de oro aluvional.

El experto aclaró que muchas veces “los estudios se han centrado en el mercurio como el mayor contaminante e impacto ambiental, pero “eso no es así”.

“El daño al medio ambiente más es por deforestación, por el enturbiamiento de los ríos, por destruir el hábitat de los animales, por la desaparición de especies vegetales y por los problemas sociales que esto genera con comunidades indígenas”, subrayó.

No hay control

Por la distancia de los campamentos mineros y el poco personal de las entidades reguladoras “lamentablemente no hay control”.

“Si bien la ley está, faltan las autoridades o los medios para que las autoridades lo hagan cumplir realmente”, manifestó a Erbol.

Producto de este descontrol en los campamentos mineros “cunde el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución. Eso siempre viene aparejado donde hay actividad minera”.

Aclaró que si bien la depredación en esas zonas está avanzando rápidamente por la ambición de los mineros, el área afectada es aún pequeña en comparación con los daños registrados en Perú y Brasil. “Las fotos satelitales muestran el impacto de la minería en todo el sector amazónico”, advirtió.

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