Es muy fácil hacer planes y proyectos para el nuevo año, pero es muy difícil lograrlos. Por eso mirar hacia atrás para evaluar el trabajo hecho, da mucho vértigo.

En el campo la gente celebra el año nuevo de muy distintas formas. En Bolivia en este momento es vacación de fin de curso para los niños y jóvenes, además de primavera, temporada de lluvias que hacen muy complicado viajar a los lugares más bellos porque los caminos de tierra se deslizan y frecuentemente hay bloqueos de tierra que dejan a mucha gente impedida de llegar a sus destinos. Las zonas yungueñas subtropicales y orientales son las más perjudicadas y cada año la fiesta de año nuevo trae luto con accidentes de carretera y caminos ramales. Llegar al campo es difícil.

Por eso agradecemos mucho a la vida poder estar en una comunidad rural al pie del Glaciar Illimani, con un grupo de agroturistas que se aventuró a viajar para tener una celebración de año nuevo diferente, en pleno campo, al aire libre. Desde este paraíso le enviamos al mundo un abrazo fraterno pero lleno de exigencias: queremos más esfuerzo de todos por cuidar la naturaleza, queremos más compromiso para apoyar a nuestras familias campesinas que nos alimentan, queremos más tiempo de toda persona dedicado a producir oxigeno, plantando y cuidando todos los árboles o arbustos que puedan aunque vivan en edificios. Queremos menos ciudad y más espacios libres para vivir, respirar y comer con dignidad.

No necesitamos a la industria para alimentar el mundo, necesitamos cultivar y cocinar nosotros mismos para recuperar la humanidad interior que hemos perdido y cuya ausencia nos hace tolerar la asfixia de la tierra, forrándola con cemento. Si algo necesitamos perder es el miedo al campo, a la montaña o a la selva y recordar que de ahí venimos y nos da la vida, no enseñemos a nuestros niños a temer a los insectos, a la noche, a la cima solitaria. Inspirémosles seguridad llevándolos a tener las relaciones más íntimas con el río, la copa del árbol, la colmena, la comida en su cosecha o los nidos de las hormigas, para que sepan convivir con ellas, no matarlas.

Más que deseos para el nuevo año es tiempo de presentar exigencias y acciones para todos, porque solo en ellas radica la felicidad y eso sí podemos celebrar!!!!