Es fácil pensar que todo será mejor cuando la Paz reine de nuevo en Europa. Sin embargo, no solo en el Este está la esperanza comprometida y por eso quiero implicaros amigas y amigos lectores en la parte de responsabilidad que nos toca.

A falta de tener la suficiente fuerza para conseguir que locos, dictadores, talibanes y ayatolas detengan sus accesos, atropellos, tropelías y asesinatos, os pido para este nuevo año que está a punto de nacer, que seáis participes activos en la contestación y el rechazo a esas gentes que turban la Paz de otros seres humanos. Y no penséis tan solo en Putin o en el Ayatolá Ruhollah Jomein de Irán, los dictadores pueden estar en casa y los ayatolas pueden no llevar turbante y pasar por dignos padres de familia o por patrióticos y celosos guardianes de los valores nacionales.

Sed dichosos pero estad vigilantes. Si queremos un año luminoso y feliz debemos apartar de nuestras vidas a todos aquellos que nos la enturbien.

Que os acompañen los éxitos y los gozos. Y dejadme que con mis mejores deseos, os envíe el más grande de los abrazos.