De todos es sabido que la velocidad del cambio es muy alta, pero hasta ahora todo se controlaba con mayor o menor medida.

En los últimos meses los científicos no entiende lo que está ocurriendo, la velocidad de cambio se está duplicando, y los estudios de ayer no sirven para el mañana. Hace unas semanas la revista Nature publicaba un artículo en el que estudiaban el desafío en el que ahora se ven inmersos estos científicos. Nature, explicaba que hoy en día haría falta un completo tribunal del prensa para entender que está pasando en el Ártico.

La verdad es que la mayoría de los estudios sobre el cambio climático se vierten sobre el Ártico. El 2008 es el ecuador de los años polares y más de 60 países protagonizan cientos de proyectos en busca de nuevos conocimientos que ayuden a determinar la situación tan dramática que se está viviendo en el Ártico y por ende en el resto del Mundo.

El problema lo encontramos cuando los estudios y los proyectos desarrollados hoy cambian con tal rapidez que sólo sirven para archivarlos como conocimientos antiguos e incluso erróneos, pues la próxima temporada nada tendrá que ver con lo que se ha previsto para ella.

Nature, pone un ejemplo concreto, Groenlandia. La situación de Groenlandia es que el flujo de deshielo que está sufriendo se acelera de forma imparable, se sospecha que el deshielo del verano cada día más. La situación en Groenlandia ilustra este punto.. Los científicos saben que el flujo de hielo de Groenlandia en el mar se está acelerando y consideran que el deshielo que sufre en verano es como un drenaje que acelera aún más el deshielo por el calentamiento global.

Hay investigaciones concretas del año 2006 que demuestran cómo en unas 2,2 millas cuadradas de hielo, se drenó hasta un lago de 11,6 millones de galones de agua en unas 24 horas, demostrando que la velocidad a la que se derritió el hielo, la mayor parte del agua pasó en 90 minutos. Esto demostró cómo se acelera el deshielo cuanto más profunda es la grieta que se estudia, pues el flujo de deshielo puede haber aumentado del 50 al 100% en algunas capas generales de hielo ártico.

Este destacado descubrimiento, no aumentó en los años consecutivos al 2006, algo que no estaba previsto, por ésta simple razón los conocimientos que adquieren los científicos en el Ártico se basan en hechos tan irregulares que no se puede saber a ciencia cierta que pasará mañana. El deterioro al que está expuesto el Ártico es tal que la velocidad de cambio supera todas las expectativas.


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Estos estudios también son irregulares si hablamos de la corteza ártica. Sin ir más lejos la semana pasada un científico del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas en Boulder explicaba que ahora cuando llega el verano, la luz y el calor que emite, representa uno de los factores que acelera la perdida de hielo, pues en años anteriores con mayores kilómetros de capa helada, ésta reflejaba la luz solar y era devuelta al espacio, mientras que ahora, hay mucha más extensión sin hielo y al agua absorbe las radiaciones solares calentándose y derritiendo el hielo en capas inferiores.

Ahora un verano excepcionalmente “azul”, con un tiempo inmejorable, puede convertirse en un drama impactante, derritiendo todavía más las capas inferiores árticas. Si a esto añadimos los cambios en los vientos y en las corrientes marinas, las cuales no son conocidas en su totalidad, no se sabe a ciencia cierta a que dimensiones puede llegar el desastre medioambiental.

Vamos a considerar, para finalizar que no todos los esfuerzos están perdidos y que el estudio y los resultados de las investigaciones al menos nos hacen comprender a que magnitud nos enfrentamos y nos conducen a la comprensión del medio y de su inminente PROTECCIÓN.