La reciente catástrofe que ha causado el Nargis en Birmania y las últimas en manos del Katrina, Rita o Wilma en el 2005 hacen sospechar, que el cambio climático también tiene que ver con la fuerza con la que devastan los ciclones.

Los expertos están divididos unos preocupados porque cada vez es más usual que la categoría máxima de los ciclones oscile entre 4 y 5, categoría máxima y otros sostienen que la conexión con el cambio climático no se hace patente, pues el número de ciclones no ha aumentado aunque si lo haya hecho, considerablemente, su fuerza.

Se estima que hay unos 80 ciclones cada año en todo el mundo y durante muchos años este número no ha variado y tampoco se cree que vaya en aumento según Frederic Nathan, del Instituto Meteorológico de Francia (Meteo-France), lo que si ha cambiado es el número de ciclones de categoría 4-5, su número ha aumentado en los últimos 30 años y siempre van acompañados de vientos que soplan a una velocidad de 200 kilómetros por hora, con lo que queda determinado que lo que va en aumento es la fuerza y no la cantidad. Lo mismo opina Kerry Emanuel, profesor del Instituto de Tecnología de Massachussets, quien afirma que desde los años 50 el numero de ciclones de alta categoría se ha doblado.

Entre los años 70 y los finales de los 90, los ciclones de categoría 4-5 se duplicaron en número. Cada lustro sigue pasando lo mismo… son datos ofrecidos por el Instituto de Tecnología de Georgia, en Atlanta (EEUU) .

Un ejemplo muy claro lo encontramos en el océano Índico donde cada año aparecen unos cinco ciclones y no más, como el reciente Nargis o el Sidr que barrió Bangladesh en el 2007 dejando unos 4.400 muertos.

Si tenemos en cuenta el último informe del Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático (GICC), publicado en 2007, donde se afirmaba que los ciclones aumentarían en potencia y número, sólo podemos esperar que las catástrofes se disparen en los próximos años, algo ya anunciado y que parece a nadie importar demasiado. En contra se encuentra el director de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia y experto del GICC, Hervé Le Treut, quien apunta que los estudios ofrecidos por el GICC están basados en el océano Atlántico y no en el Índico.

Le Treut se esconde en la afirmación de que sólo a largo plazo se puede determinar si un acontecimiento está asociado a una verdadera tendencia. La meteorología se basa en el azar, pero la climatología se desarrolla por leyes definidas a través de las estadísticas de periodos no más largos de 30 años. Piensa que los sistemas de observación son escasos al igual que los datos que se conocen sobre los océanos de todo el mundo, e insiste en que aún somos más ignorantes si hablamos de éste tema en la era anterior a los satélites.

Como veis, queridos lectores, los científicos no se ponen de acuerdo pues, como bien dice Le Treut, aún nos queda mucho por aprender, pero en mi humilde opinión, pienso que más vale preocuparse por el presente y solucionar los problemas a los que ahora nos enfrentamos, que esperar a tener más datos cuando todo haya vuelto a pasar otra vez. El camino se hace andando, y verlas venir es de futuristas.


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El daño que dejan a su paso estos ciclones son también cada vez mayores, el número de muertos y desaparecidos es casi innombrable y deberíamos de echarnos a temblar cada vez que lo oímos: Katrina 1.500 muertos; Sidr 4.400 muertos, Nargis 28.458 muertos…

A éstas escalofriantes cifras hay que añadir un número muchísimo más alto, de personas desaparecidas, que como os podéis imaginar han sido arrastradas, eliminadas de la faz de la Tierra. Con toda seguridad sus cuerpos no aparecerán y su número crece sin dilación e una lista negra que dicta: desaparecidos…

Las perdidas económicas son también cada vez mayores, la población costera aumenta cada año y el valor de los seguros es muy alto, ya que las infraestructuras a las que protegen son muy débiles.

Tras el paso del Nargis, más de un millón y medio de personas han perdido completamente sus hogares y pertenencias y ahora están completamente expuestos a todo tipo de enfermedades y calamidades, solo cabe esperar que la ayuda humanitaria ayude a estos seres que no tienen la culpa de haber nacido allí…