El juez ha sentenciado que los bosquimanos no tienen derecho a acceder a un pozo de agua existente en sus tierras, o a excavar un nuevo pozo dentro de la Reserva de Caza del Kalahari Central, una de las regiones más secas del mundo. La vista oral del caso se celebró el 9 de junio, pero el juez se reservó su veredicto hasta el pasado 21.
El fallo judicial supone un duro golpe para los bosquimanos, que han pasado serias dificultades sin agua desde 2002, cuando el Gobierno de Botsuana selló y tapó un pozo para forzarlos a abandonar la reserva. En 2006, el Tribunal Supremo declaró ilegales e inconstitucionales las expulsiones forzosas de los bosquimanos, y desde entonces cientos de ellos han regresado a sus tierras.
A pesar del veredicto, el Gobierno prohibió a los bosquimanos poner el pozo en funcionamiento de nuevo, dejando que se enfrentaran a lo que el más alto representante de Naciones Unidas para los pueblos indígenas, James Anaya, describió como “duras y peligrosas condiciones debido a la falta de acceso al agua”. Al mismo tiempo, Wilderness Safaris abría en territorio bosquimano un alojamiento de lujo para turistas con bar y piscina, y el Gobierno excavaba nuevos pozos de agua dentro de la reserva para proveer a los animales salvajes, con fondos de la fundación Tiffany & Co.
Además se está impidiendo a los bosquimanos que lleven agua a sus familiares dentro de la reserva.
“Son muy malas noticias. Si no tenemos agua, ¿cómo pretenden que vivamos? El Tribunal nos dio nuestra tierra, pero sin el pozo, sin agua, nuestras vidas son difíciles”, expresaba Jumanda Gakelebone, portavoz bosquimano.
Tras conocer el veredicto, fuentes internas a Survival International declararon: “En los últimos diez años Botsuana se ha convertido en una de las zonas más duras de todo el planeta para los pueblos indígenas. Si a los bosquimanos se les niega el agua en sus propias tierras, mientras que los turistas, los animales y las minas de diamantes disponen de ella libremente, los extranjeros deberían preguntarse si quieren realmente apoyar a este régimen con sus visitas y compras de joyería.”
The Judge ruled that the Bushmen were not entitled to access an existing water borehole on their lands or to drill a new one inside the Central Kalahari Game Reserve, one of the driest regions in the world. The hearing of the case was held on June 9, but the judge reserved his ruling until today.
The ruling is a blow to the Bushmen who have struggled without water since 2002 when the Botswana government sealed and capped a borehole to drive them out of the reserve. In 2006, the forced evictions of the Bushmen were declared illegal and unconstitutional by the High Court, and hundreds have since returned to their lands.
Despite the ruling, the government banned the Bushmen from re-commissioning the borehole, leaving them to face what the UN’s top official on indigenous peoples, James Anaya, described as, ‘harsh and dangerous conditions due to a lack of access to water’. At the same time, Wilderness Safaris opened a luxury tourist lodge, complete with bar and swimming pool, on Bushman land; the government drilled new boreholes in the reserve to provide water for wildlife with funding from the Tiffany & Co Foundation; and Gem Diamonds was given environmental clearance to mine in the reserve on condition the Bushmen could not use any of its water.
Bushmen are also being prevented from bringing water to their relatives inside the reserve.
Bushman spokesman, Jumanda Gakelebone, said, ‘This is very bad. If we don’t have water, how are we expected to live? The court gave us our land, but without the borehole, without water, our lives are difficult.’
Survival International’s director, Stephen Corry, said today, ‘In the last ten years Botswana has become one of the harshest places in the world for indigenous peoples. If Bushmen are to be denied water on their lands when it is freely provided it for tourists, animals, and diamond mines, then foreigners should be asked if they really want to support this regime with their visits and jewellery shopping.’
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