Concepto artístico de una lluvia de cometas alrededor de la estrella Eta Corvi. Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech

Esta lluvia de cometas es similar a lo que posiblemente ocurrió en nuestro propio sistema solar hace varios miles de millones de años, durante un período que se conoce como “Bombardeo Pesado Tardío” (“Late Heavy Bombardment”, en idioma inglés), el cual pudo haber traído a la Tierra agua y otros ingredientes necesarios para formar la vida.

“Creemos que tenemos evidencia directa de un Bombardeo Pesado Tardío en el sistema estelar cercano denominado Eta Corvi, y que está ocurriendo casi al mismo tiempo que en nuestro sistema solar”, dijo Carey Lisse, quien es un investigador de cátedra del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory, en idioma inglés), ubicado en Laurel, Maryland, que además es el autor principal de un artículo en donde se explica detalladamente el descubrimiento, el cual aparecerá próximamente en la revista científica The Astrophysical Journal.
Comet Storm (storm, 558 px)

Durante el Bombardeo Pesado Tardío, hubo cometas y otros objetos congelados de las partes externas del sistema solar que azotaron a los planetas interiores. Aquel aluvión dejó a nuestra Luna cubierta de cicatrices y produjo enormes cantidades de polvo.

El Telescopio Espacial Spitzer ha detectado una banda de polvo alrededor de Eta Corvi que coincide muy bien con los contenidos de un cometa gigante hecho pedazos, posiblemente destruido por la colisión con algún planeta o algún otro cuerpo masivo. El polvo se localiza lo suficientemente cerca de Eta Corvi como para que pudieran existir planetas similares a la Tierra en dicha zona de colisión, lo cual sugiere que planetas como el nuestro podrían estar involucrados. El sistema Eta Corvi tiene una edad aproximada de mil millones de años, lo cual piensan los astrónomos que es la edad correcta para que ocurra tal granizada.

Los astrónomos utilizaron los detectores infrarrojos del telescopio Spitzer para analizar la luz proveniente del polvo ubicado alrededor de la estrella Eta Corvi. Curiosamente, la huella digital luminosa emitida por el polvo que hay alrededor de Eta Corvi se parece a la del meteorito Almahata Sitta, que cayó a la Tierra en fragmentos sobre territorio de Sudán en 2008. Las similitudes entre este meteorito y el objeto despedazado en Eta Corvi implican un lugar común de origen en sus respectivos sistemas solares.

Un segundo anillo, más masivo, que contiene polvo a menor temperatura y que se encuentra localizado en la parte más externa del sistema Eta Corvi, parece ser el ambiente propicio para una reserva de cuerpos cometarios. Este brillante anillo, que fue descubierto en 2005, coincide en tamaño con una región similar de nuestro propio sistema solar, la cual se conoce como Cinturón de Kuiper, y que es donde habitan los residuos rocosos y de hielo que quedaron de la formación de los planetas. Los cometas de Eta Corvi y el meteorito Almahata Sitta pudieron haberse originado en los cinturones de Kuiper de sus respectivos sistemas estelares.

Los científicos creen que hace unos cuatro mil millones de años, no mucho después de que se formara nuestro sistema solar, el Cinturón de Kuiper fue perturbado por la migración de Júpiter y Saturno. Este desplazamiento discordante para el equilibrio gravitacional de nuestro sistema solar se encargó de dispersar los cuerpos de hielo en el Cinturón de Kuiper, lanzando de este modo a la gran mayoría de ellos hacia el espacio exterior y produciendo polvo frío en el cinturón. Algunos objetos del Cinturón de Kuiper, sin embargo, se movieron en trayectorias dirigidas hacia el interior, cruzando eventualmente las órbitas de la Tierra y de otros planetas rocosos.

Como consecuencia, hubo un bombardeo de cometas que duró hasta hace unos 3.800 millones de años. Luego de que los cometas se estrellaron contra la cara de la Luna que da hacia la Tierra, se derramó magma sobre la corteza lunar y este magma, al enfriarse, formó los “mares” oscuros. Todos los hemos visto: Esos mares forman la cara del famoso “Hombre de la Luna”. Los cometas también chocaron contra la Tierra o se incineraron en la atmósfera, y se cree que formaron depósitos de agua y de carbono en nuestro planeta. Este período de impactos pudo haber ayudado a que se originara la vida entregando los ingredientes fundamentales.

“Creemos que el sistema Eta Corvi debería ser estudiado en detalle para conocer más sobre la lluvia de cometas que impactaron y otros objetos que pudieron haber iniciado la vida en nuestro propio planeta”, dijo Lisse.

 

nasa.gov