Sin ‘buenas preguntas’ no habrá un proceso genuino de aprendizaje. El ‘juego’ de la pregunta – respuesta, tanto entre estudiantes y docentes como entre estudiantes entre sí implica…

“Ahá, me detuve de escribir, porque me hago la pregunta de verdad, ¿qué implica?

De esto se trata este artículo. Espero sus comentarios (herman@abacoenred.com), igual a esta misma pregunta: ¿Qué implica saber plantear(nos) buenas preguntas para el aprender? ¿Cómo aprender a plantear(nos) buenas preguntas?

“El acto de interrogar, de preguntar, es inherente a la naturaleza humana. Expresa la curiosidad por conocer, por trascender más allá de la experiencia de las cosas. La pregunta nace de la capacidad de descubrimiento, del asombro, y por ello la pregunta implica riesgo.” (Escobar Guerrero, 1990)

La PREGUNTA es un recurso didáctico que no siempre sabemos emplear de la mejor forma, sin embargo se trata de una técnica que, en nuestras vidas, implementamos muy espontáneamente. Es suficiente observar a las y los niñas/os cuando no más aprendan a hablar: preguntan y preguntan… ¿Por qué, después de los años (escolares) se nos dificulta plantear(nos) una pregunta?

El preguntar está íntimamente relacionado con la curiosidad, la creatividad, la actitud investigativa, emprendedora, innovadora. ¿Cuál es la relación que percibes entre estos fenómenos?

Leyendo, reflexionando críticamente, compartiendo entre colegas, me encontré y formulamos las siguientes expresiones sobre el arte de hacer preguntas. Invito a que indiques tu nivel de ‘acuerdo’ en la escala del 1 (totalmente en desacuerdo) al 5 (totalmente de acuerdo). Y si después puedes compartir los resultados con alguien más, aún mejor. H1

El diálogo y el encuentro son los escenarios idóneos para una Pedagogía de la pregunta, porque implica el intercambio productivo, de creciente calidad. Además nos implica como sujetos ‘PerSociales’, nos implica como ‘SERes’.

“La pregunta como estrategia, como pedagogía o didáctica, se constituye en una opción educativa para pensar y aportar a una educación para la incertidumbre, y para desarrollar formas de pensamiento flexibles, y actitudes críticas y creativas hacia el conocimiento, cualidades que constituyen la base de todo quehacer investigativo, y que son fundamentales en la formación de los profesionales en la actual agitada e incierta condición posmoderna.” (Plata Santos, Primer Semestre 2011)

¿Por qué pretendemos tantas veces dar la respuesta correcta y única a las preguntas de estudiantes? ¿Por qué no responder con otra pregunta que les motive a encontrar posibles respuestas, las cuales nos servirán para un nuevo diálogo y nuevo encuentro? ¿Por qué no acompañarles en esta búsqueda creativa de respuestas a sus propias inquietudes, tal que vayamos aprendiendo todas/os, incluyéndome como docente?

“Cuánto más enriquecedor para los estudiantes y para el propio maestro podría ser explorar lo que está supuesto e implícito en las preguntas y en las hipótesis que elaboran los estudiantes, dentro de un ambiente de trabajo dialógico y colaborativo.” (Plata Santos, Primer Semestre 2011)

La vida diaria está llena de preguntas… Otra invitación: trata de hacer una lista de todas las preguntas, explícitas o implícitas, que te haces en todo un día, desde que te levantas hasta que te acuestas. A lo mejor ya inicias el día con una pregunta, ¿no? ¿Me levanto o me quedo en la cama otro ratito? Y… fíjate bien, tu propia respuesta te lleva a la acción: al levantarte o al quedarte otro ratito.

También es así en los escenarios educativos: debemos plantearnos preguntas y al responderlas, al construir las respuestas, estas mismas respuestas nos llevarán a la acción. De hecho, la búsqueda o la construcción de una respuesta también ya es una acción educativa muy importante en sí.

“Lo primero que tendríamos que reconocer es que el diálogo como propuesta pedagógica va en contravía de la formación específica que hemos recibido como maestros (nos formaron para «dictar clase»), y de las experiencias educativas que hemos tenido en diferentes momentos de la vida.

Para muchos de nosotros, la familia, la escuela, el ambiente, no han sido propiamente experiencias dialógicas; y quizá por esto valga la pena que nos preguntemos cuánto de autoritarismo, de intolerancia, de actitudes y comportamientos excluyentes llevamos nosotros a la escuela, al grupo o a la comunidad con la que trabajamos.” (Mariño S., G. y Cendales G., L., 2004, pág. 55)

Para mejorar nuestra capacidad de hacer preguntas, primero debemos construir conciencia respecto a nuestros malos hábitos al formular preguntas. Invito a revisar la siguiente lista de ‘malos hábitos’ y a seleccionar los 3 errores que más cometemos.

Hábitos equivocados en la formulación de preguntas:

  1. Responder tus propias preguntas, sin esperar la respuesta de estudiantes.
  2. Repetir y re-formular permanentemente tus propias preguntas, aún antes que estudiantes la respondan.
  3. Plantear varias preguntas al mismo tiempo.
  4. No dar tiempo para pensar una respuesta, esperar una respuesta inmediata. Incomodarse con un silencio, el cual más bien puede ser oportuno y promover la reflexión crítica consciente.
  5. Hacer preguntas que ya sugieren una respuesta en la misma pregunta. P.ej. finalizando con ‘¿verdad?’.
  6. Plantear preguntas de ‘adivinanza’ o preguntas de completar la frase.
  7. Plantear muchas preguntas cerradas (de respuesta con una sola palabra o muy pocas), memorísticas o cuya respuesta segura se encuentra en una fuente cercana.
  8. Plantear las preguntas siempre a las mismas estudiantes.
  9. Plantear un mismo tipo de preguntas a determinadas estudiantes (las supuestamente complicadas a estudiantes más ‘listas/os’ o las sencillas
  10. Al recibir una respuesta de ‘no lo sé’, una respuesta incompleta o no recibir ninguna, inmediatamente solicitar la respuesta a otra/o estudiante.
  11. Hacer comentarios negativos al recibir respuestas que no me parecen las adecuadas, en vez de procurar comprender el porqué de la respuesta planteada.
  12. Repetir las respuestas que dan estudiantes (el eco ‘no’ pedagógico que promueve que estudiantes no se escuchan porque la o el docente en todo caso lo repite).
  13. Hacemos preguntas que no se conectan con las experiencias e intereses de vida de las y los estudiantes.
  14. Preparo mis preguntas de antemano y no salgo de las que tengo a mano.
  15. Pregunto y ya sé lo que debe ser la respuesta correcta. (Pregunto por lo que yo ya sé, hacer preguntas ‘retóricas’, pareciera que estudiantes deben ‘adivinar’ lo que yo considero la respuesta correcta)
  16. Califico las respuestas siempre en buenas o malas, adecuadas o insuficientes.
  17. Cada pregunta es respondida por un/a solo/a estudiante.
  18. Las preguntas, mejor las hago yo y no el/la estudiante (porque se desvían del tema).
  19. .…

Ahora, en sí, un cierto tipo de pregunta no es ni malo ni bueno. Debe ubicarse en un contexto educativo para determinar su valor. Por lo mismo es importante saber distinguir diferentes tipos de preguntas. Aquí un apoyo:

La taxonomía de Bloom (1956) (objetivos cognitivos) nos lleva a 6 tipos de preguntas (Bloom, B.S. et al., 1956):

  1. Preguntas de conocimiento (hechos, definiciones). Ej. ¿Quién escribió el libro ‘Pedagogía del oprimido’? ¿Qué pasó en la Batalla de San Jacinto?
  2. Preguntas de comprensión (ideas principales, comparaciones). Ej. ¿Cuál es la idea principal en este artículo? ¿Cuál es la diferencia entre un ensayo y un artículo científico?
  3. Preguntas de aplicación (aplicación de conocimientos, reglas y normas). Ej. Resuelve el siguiente problema matemático. Divido las siguientes palabras en sílabas.
  4. Preguntas de análisis (motivos, causas y consecuencias). Ej. ¿Cuál es el punto de vista del autor respecto al cambio climático? ¿Por qué algunas personas están en contra del uso masivo de internet?
  5. Preguntas de síntesis (generalizaciones, predicciones, nuevas soluciones). Ej. ¿Qué pasaría si Nicaragua no tuviera una policía? ¿Cómo podríamos aumentar la seguridad en los alrededores de las escuelas?
  6. Preguntas de evaluación (opiniones, valoraciones, juicios). Ej. ¿Qué te pareció mejor y peor de esta conferencia? ¿Cuál es la ciudad de Nicaragua que más te gusta y por qué? 

Solo los tres últimos tipos son preguntas de reflexión consciente. (retomado y traducido libremente de: Poppelmonde, W. y Wyffels, D., 2008)

No son los únicos tipos de preguntas:

. Preguntas filosóficas: aquellas que posibilitan encontrar diferentes respuestas. No hay respuestas correctas (pueden ser más profundas o más superficiales, pero no ‘falsas’ o ‘correctas’). Son preguntas a las que tampoco personas expertas coinciden en cuanto a la respuesta.Aprender a Preguntar,

Una pregunta filosófica es una pregunta cuya respuesta o cuyo método para encontrar una respuesta no está definida, pero que la consideramos tan importante que no la podemos obviar.

Hay que diferenciar entre preguntas abiertas por procedimiento y preguntas abiertas por contenido.

La primera es una pregunta que permite seguir explorando y profundizando en el tema. Ej. ¿Qué quieres decir con…? ¿Puedes darnos un ejemplo? (Constituye la técnica global en el preguntar.)

La segunda es una pregunta enfoca conceptos filosóficos (son de contenido filosófico). Ej. ¿Puedes pensar sin palabras? ¿Cuándo se considera a alguien como viejo?

. Preguntas afectivas: ¿Con qué faceta de la obra te identificas más y por qué?

. Preguntas interpretativas: ¿Cómo interpretas el hecho que se nos dificulta escuchar a nuestras/os colegas? ¿Qué significa para ti el hecho que escuchamos más en función de responder en vez del escuchar para comprender?

. Preguntas de postura: En una determinada situación, ¿cuál sería tu postura? ¿Qué harías si…?

. Preguntas de integración: ¿Cómo nos podríamos organizar para enfrentar el siguiente problema?

 …

H3

La técnica global en el preguntar

Retomado y traducido libremente de: (Poppelmonde, W. y Wyffels, D., 2008)

Hacer la pregunta adecuada en el momento justo, no solo es una cuestión técnica, sino más que todo una sabiduría práctica que se logra construyendo experiencia.

A continuación 21 posibles ejercicios (Poppelmonde, W. y Wyffels, D., 2008) (selecciona de 3 a 5 para ir ejercitando, una vez los manejas bien, selecciona otros 3 a 5 y así sucesivamente):

1. Enfocar la atención en la esencia del asunto. ¿Qué les pareció esta visita, este cuento, este hecho? ¿Qué les llamó más la atención? ¿Qué inquietudes nos provoca el cuento? ¿Qué queremos investigar? …

2. Cuestionar las preguntas. ¿Cómo formulamos mejor esta pregunta? ¿Qué tipo de pregunta es? ¿Cuál es la importancia de esta pregunta? ¿Qué supone esta pregunta? ¿Qué otras preguntas debemos responder antes de contestar esta pregunta? …

3. Estrategia. ¿Cómo lo hacemos para responder esta pregunta? ¿Quién nos puede ayudar para encontrar una respuesta? ¿Investigamos todas las alternativas? ¿Cómo manejamos la complejidad de este problema? …

4. Claridad, transparencia y cuido. ¿Todas/os comprenden este razonamiento? ¿Hablamos de lo mismo? ¿Qué quieres decir con…? Si te comprendo bien, ¿quieres decir que…? ¿Puedes puntualizar lo que es la esencia de tu mensaje? ¿Cómo dirías en tus propias palabras lo que dijo tu compañera? ¿Es esto lo que pretendías compartir? ¿No deberíamos concretar un poco más este asunto? ¿Cuál es tu idea central de tu reflexión? …

5. Definiciones y significados. ¿Qué es ‘x’? ¿Qué quieres decir con ‘x’? ¿Qué acordamos en función de ‘x’? ¿Cuál es la esencia de ‘x’? ¿Cómo se emplea ‘x’ normalmente? ¿Estas dos definiciones se contradicen, cómo? ¿Esta definición también es válida en el siguiente ejemplo? …

6. Importancia y relevancia. ¿Son estos los hechos más importantes? ¿Es este el argumento de mayor peso? ¿Qué tiene que ver esto con nuestra inquietud inicial? ¿Cómo nos ayuda lo que estás planteando? ¿Necesitamos esta información? …

7. Ejemplos y contra-ejemplos. ¿Puedes dar un ejemplo? ¿Todas/os lo consideran un buen ejemplo? ¿Y entonces qué haces con esta otra situación? ¿Puedes imaginarte algo donde esto no es válido? …

8. Investigación deductiva, argumentación y demostración, reflexión lógica y conclusiones. ¿Por qué es así? ¿En qué te basas para decir eso? ¿Cuáles son tus argumentos para confirmar esto? ¿Es una demostración cerrada y suficiente? ¿No hay otra conclusión posible? ¿No se trata de una generalización prematura? ¿No es un pensamiento circular? …

9. Investigación de antecedentes lógicos y lo que se toma como ‘verdadero’ (suposiciones). ¿Qué supone esta expresión? ¿Es verdad / correcta esta suposición, por qué? ¿Qué tomas por verdadero? ¿Qué es lo que de hecho supones? ¿Cuál es tu punto de partida? ¿Se podría partir de otra suposición? …

10. Implicaciones y consecuencias. ¿Qué consecuencias tiene? ¿Qué pasaría si la mayoría pensaría esto? ¿Qué implica este punto de vista? ¿Las consecuencias son deseables? …

11. Consistencia (lógica interna) y coherencia. ¿Esto no se contradice con lo dicho anteriormente? ¿Esto concuerda con lo expresado hace poco? ¿Cómo valorar la relación entre ‘x’ y ‘y’? ¿Cuál es el vínculo? ¿La causa de ‘x’ es ‘y’ o justo al revés?…

12. Preguntas informativas, de contexto, hechos o experiencias. ¿Ya sabemos suficiente? ¿Cómo podemos darnos cuenta? ¿En qué hechos basas tus comentarios? ¿Cuál es tu experiencia que te convenció? ¿Qué información necesitamos para tomar una decisión bien reflexionada? ¿Nuestra interpretación de estos hechos, de esta información, de esta experiencia es la debida? ¿Estos hechos, informaciones, experiencias son confiables? ¿Son hechos o más bien suposiciones? …

13. Consenso. ¿Estamos todas/os de acuerdo? ¿Podemos seguir? ¿Quién no está de acuerdo y por qué? …

14. Especulación, creatividad e hipótesis. ¿Qué podría suceder si…? ¿Imagínate que …, y entonces? ¿No podría ser así…? ¿Cuáles podrían ser las posibles explicaciones? ¿Y qué si justo lo contrario fuera cierto? …

15.Verificación, comprobación o falsificación. ¿Cómo podemos saber si es cierto? ¿Es eso suficiente? ¿Cómo podemos controlar su veracidad? ¿Cómo lo podemos verificar? ¿Puedes contra-argumentar esta teoría? ¿Puede ser cierto lo contrario?…

16. Preguntas respecto a puntos de vista, posiciones, perspectivas y cambio de perspectivas. ¿Qué pensaría ‘x’ de eso? ¿Cómo sentiría ‘x’ al respecto? ¿Lo podemos imaginarnos? ¿Cuál de los diferentes puntos de vista es el más ‘con sentido’? ¿Cómo podemos acercarnos a este problema de una manera alternativa? ¿Nuestra aproximación es jurídica, científica, filosófico-ética o más bien espiritual? ¿Cuáles son los puntos de vista relevantes, partiendo de nuestra pregunta inicial? ¿Desde qué punto de vista aún no vimos la cuestión? Hasta aquí la aproximación económica. Ahora, ¿también tengo una responsabilidad ética? …

17.Analogías y metáforas. ¿Con qué lo podrías comparar? ¿Por qué coincide? ¿Es esto algo como…? …

18.Honestidad intelectual. ¿Esta respuesta te conviene por alguna razón? ¿Así presentas lo más honesto y fuerte posible el punto de vista de la otra persona? ¿No se trata de una caricatura de la posición de la otra persona? ¿Te ubicas en esta posición porque consideras que es la que corresponde a la verdad o más bien porque quisieras que sea la verdad? …

19. Formalización. ¿Podemos definir una regla para esto? ¿Puedes generalizar esto? …

20. Sintetizar, ir cerrando, recapitalizar. ¿Qué podemos concluir? ¿Cuál ha sido nuestra ruta de investigación? ¿Aprendimos algo? ¿Encontramos una respuesta? ¿Quién resume? …

21. Meta-conversación. ¿Qué hicimos bien y debemos continuar haciendo una próxima vez? ¿Qué no hicimos bien y debemos evitar la próxima? …

¿Será que podemos elaborar un PLAN de trabajo para ejercitar los diferentes tipos de preguntas y después compartir nuestras experiencias?

Para finalizar esta invitación a la reflexión crítica sobre el valor pedagógico y políticoideológico de nuestras preguntas, cito:

“Debemos tener muy presente que en el ámbito de nuestras culturas latinoamericanas, al estudiante se le ha negado la posibilidad de preguntar y no sólo en el proceso educativo, sino en toda la vida cotidiana, en toda la vida cultural, porque en las estructuras de poder tradicional y vigentes, la pregunta se convierte en subversiva.” (Zuleta Araújo, eneromarzo 2005)

“La Pedagogía de la Pregunta es un componente de la Educación Nueva, que implica no sólo innovar programas, libros, estructuras escolares, sino también rescatar el papel crítico y constructivo de la pregunta. Las preguntas constituyen un instrumento fundamental en la formación del carácter, el desarrollo de la inteligencia y el cultivo de las relaciones de afecto y mutuo respeto de maestros y alumnos.

Es difícil imaginar una materia o situación pedagógica donde no pueda aplicarse este método, que ofrece la posibilidad de participación creativa a los estudiantes.” (Habed López, 2012)

“Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho» (Freire, 2003, p. 47), la educación en general, es una educación de respuestas, en lugar de ser una educación de preguntas. Una educación de preguntas es la única educación creativa y apta para estimular la capacidad de asombrarse, de responder a su asombro y resolver sus verdaderos problemas esenciales, existenciales y del propio conocimiento. El camino más trillado es, justamente, la pedagogía de la respuesta porque en ella no se arriesga nada. Con la pregunta nace también la curiosidad y, con ella, se incentiva la creatividad. De hecho, se puede llamar educación tradicional a la que «castra la curiosidad)) (Freire, 1985, p. 53), la que estrecha la imaginación e hipertrofia los sentidos mediante la mera comunicación a transmisión de respuestas.

Históricamente en educación se ha tenido el predominio de una pedagogía de la respuesta o tradicional sobre una pedagogía de la pregunta o critica. En aquella, los modelos de aprendizaje se apoyan en meros contenidos previamente elaborados que deben ser transmitidos por el profesor. De ahí, que sea indispensable en la escuela contemporánea establecer la pregunta como método pedagógico.” (Vargas Guillén, G. y Guachetá Gutiérrez, E., 2012)

Dr. Herman Van de Velde, pedagogo Coordinador de ABACOenRed

abacoenred.com