Después de escribir ya en varias ocasiones sobre los problemas de la crisis subprime, y ofrecer mi visión sobre donde se encuentra realmente el problema en cuestión, las decisiones personales siguen, desde mi punto de vista, representando el pilar fundamental sobre el que construir los cimientos de la economía sostenible del mañana.
La historia es esa pequeña llama de la memoria que nos recuerda que somos una repetición de algo pasado que ya fue, y que regresa de forma persistente movido por la falta de consciencia de los que hacemos el presente y construimos el futuro.
El año nuevo se presenta con turbulencias en los mercados financieros. Se habla de crisis, de recesión económica, de caídas históricas de las bolsas y de las medidas fiscales y monetarias que la Administración Norteamericana estudia adoptar para amortiguar la recesión.
El pasado fin de semana estaba con mi mujer y mis hijos haciendo cola en un centro comercial esperando para ir al cine. En la laconia de la espera me paré a recapacitar sobre los precios que se anunciaban en los escaparates de las tiendas.
Cuando el consejo editorial de Otro Mundo es Posible me propuso hacerme cargo del capítulo sobre “Economía Sostenible”, lo primero que surgió en mi es agradecimiento. Muchas veces te ofrecen la posibilidad de escribir en medios, pero pocas veces ese ofrecimiento viene de personas convencidas de que a través de un proyecto como “Otro Mundo es Posible” se pueda cambiar el mundo, aportando la visión personal de “ciudadanos del mundo”, como el que asume este artículo.
