¿Qué es lo que ha pasado, cuando hace tan solo un año la bolsa crecía con moderado optimismo y la economía española ofrecía un crecimiento por encima de la media europea?

La mal llamada “crisis de las hipotecas basura” no es más que un eufemismo, como muchos de los que inventamos desde los mercados financieros para no asumir nuestro grado de responsabilidad.

Todavía resuenan en nuestros oídos las campanas de ENRON, World Com, Parmalat y muchos otros, que desoyeron la necesidad de informar al mercado, de entonar el “mea culpa” y retroceder sobre sus pasos asumiendo las consecuencias de sus actos. El resultado fue que muchos de sus directivos están encarcelados y otros no sobrevivieron a las crisis que provocaron. Fue lamentable, pero más lo fue dejar a más de 50.000 familias en banca rota y sin empleo.

El caso de las hipotecas basura es aún peor si cabe, dado que pone sobre el tapete el tratamiento que, desde el sector financiero (operadores y reguladores), se ha venido dando a un sector social con problemas de integración. El efecto económico de su caída se va a trasladar al sector real de la economía de forma directa y drástica, en forma de recesión económica, caída de la actividad empresarial, dificultad para la obtención de crédito, restricción de la liquidez, desconfianza entre los operadores del sistema económico mundial, y, por lo tanto, destrucción de empleo y CRISIS.

Pero ¿dónde está el origen?: ¿en unas hipotecas otorgadas a personas altamente endeudadas?, ¿en la “sobre valoración” de los activos que garantizaban esos préstamos hipotecarios?, ¿en los altos tipos de interés aplicados a los mismos?, ¿en su colocación en el mercado a través de titularizaciones o bonos, con alto riesgo y rentabilidad?. Y ¿por qué esta situación de la economía norteamericana tiene que afectar al resto del mundo?

[Siempre surge la respuesta fácil: es causa de la globalización]

Cuando hay tantas preguntas sobre la mesa, siempre surge la respuesta fácil: es causa de la globalización. En este caso no es de la globalización, los grandes problemas siempre tienen responsables con nombre y apellidos.

{salto de pagina}

Crisis Social

La denominada “crisis de las hipotecas basura” pone de manifiesto la gran brecha social que existe en Estados Unidos entre distintas clases sociales. Esta brecha social lleva además emparejada una diversidad étnica concreta.


foto
La necesidad de una vivienda y un lugar seguro para vivir es uno de los derechos fundamentales de cualquier democracia que así se haga llamar, por lo que es un deber de los gobiernos instrumentalizar los mecanismos necesarios, para que el mercado pueda cubrir esa demanda en términos racionales de calidad y seguridad.

¿Qué ha sucedido en Estados Unidos con el acceso al crédito para que, siendo universal para la adquisición de una vivienda, no sea equilibrado para las personas de menor poder adquisitivo? Esas personas acceden al crédito a tipos muy superiores a la media de los tipos hipotecarios aplicados en el mercado y, a su vez, forman parte de grupos sociales con un alto nivel de endeudamiento, por lo que el bien hipotecado no es suficiente para cubrir el riesgo de impago. Cuando estos activos (prestamos hipotecarios) se titularizan y colocan en los mercados internacionales, para dotar de liquidez posiciones del balance de los bancos, en caso de ejecución de los mismos, la liquidez esperada no se puede contabilizar con la celeridad que requieren los mercados. Recurrir al incremento de los tipos, como medida de compensación, no representa una garantía en si misma cuando están afectados grupos sociales con altos niveles de endeudamiento.

[Se realizaban a prestatarios con un nivel de endeudamiento del 65% al 70% de su renta]

En muchos de los casos los préstamos concedidos en Estados Unidos se realizaban a prestatarios con un nivel de endeudamiento del 65% al 70% de su renta disponible, lo que hacía muy difícil la sostenibilidad del préstamo concedido y su devolución a medio plazo, sobre todo en un momento de desaceleración económica, que venía anunciándose desde el año 2006.

Por tanto nos enfrentamos con un problema de integración socio-económica de personas que tienen precariedad en el empleo, en la formación y en el acceso a servicios básicos de salud, educación y vivienda y, para acabar de aderezar el cocktail, altamente endeudados.

A un problema de acceso a vivienda de una población altamente endeudada, se da como solución de mercado las hipotecas basura. Además se titularizan para diluir el riesgo del emisor y hacer liquidas las posiciones del balance en un momento coyuntural de desaceleración con tintes de recesión anunciado de antiguo. Por lo que, lejos de mitigar el problema socio-económico, la crisis de las hipotecas basura ha desvelado una problema social sobradamente conocido en Estados Unidos, que ha tenido un impacto financiero que aún estamos midiendo.

{salto de pagina}

Soluciones discriminatorias

Bancos globales como UBS, Citigroup, Merril Lynch, Morgan Stanley, HSBC, Bear Stearn Deutsch Bank, Bank of America, entre otros muchos, han comenzado a aflorar pérdidas multimillonarias en el cierre contable del 2007, que terminarán de registrar durante el primer semestre del 2008, cuando se publiquen los resultados de la valoración de las titulaciones emitidas, que aún conservan en cartera.

Según estadísticas del Fondo Monetario Internacional, éstas ascienden en total a más de 54.200 millones de USD a Diciembre del 2007.


foto

Pero ¿dónde estaban los analistas de riesgos de estas instituciones a la hora de valorar y generar los mecanismos de mitigación de estas posiciones?; ¿cuál era el mandato de los gestores de estos bancos con respecto a la exposición a estos productos y su provisión contable en balances? Los anuncios de despidos y de purgas en los equipos de gestión de estos bancos ya se han producido, pero ¿es suficiente? Las medidas preventivas y los sistemas de gestión de estas instituciones no valoraron suficientemente la fragilidad de los grupos sociales, ni las expectativas de enfriamiento económico que se estaban dando en Estados Unidos. No es suficiente tener una calificación de riesgo crediticio baja de un producto y mitigarla por una supuesta altísima rentabilidad, sin analizar la vulnerabilidad real de los prestatarios para hacer frente a sus pagos.

Finalmente, lo que ha venido a terminar de cuestionar la sostenibilidad del modelo financiero son las medidas macroeconómicas anunciadas para dotar de mayor liquidez a la economía americana: reducción de los tipos de interés y regímenes fiscales laxos. ¿Es lógico mitigar la imprudencia de algunos bancos mediante inyecciones de liquidez, vía reducciones de tipos de interés, que finalmente tienen su impacto en el crecimiento de la inflación?

Las estimaciones sobre el crecimiento de las economías occidentales publicadas por el Fondo Monetario Internacional en Octubre del 2007, arrojan una drástica desaceleración con caídas en las estimaciones de crecimiento económico de los países más desarrollados. Este efecto se ha visto acrecentado por la crisis de las hipotecas basura, que ha incidido en el brusco frenazo que están experimentando los mercados de capitales.


foto

Si los accionistas estaban en estos bancos con el objetivo de obtener pingues beneficios en épocas de vacas gordas, también hay que estar en momentos de vacas flacas; que cada palo aguante su vela. Es por ello que las recientes decisiones de los gobernadores del Banco Central Europeo y del Japonés de mantener los tipos de interés, para contener la inflación y no trasladar de forma directa la crisis de liquidez al sector real de la economía (familias y empresas), hará que la labor de los supervisores y reguladores sea crucial y más importante en mercados cada vez más globalizados y permeables, asignando las responsabilidades y sus consecuencia a quienes, provocándolas, no toman conciencia de la dimensión de las mismas: que cada palo aguante su vela.

La crisis está servida, su impacto económico está por llegar, será real y lo sentiremos en nuestros bolsillos. Pero lo importante no es si va a durar mucho o poco, sino cual será su magnitud social en términos de pérdidas de empleo, destrucción de tejido empresarial y reducción de las expectativas de emprendedores para desarrollar nuevos negocios. Si la quiebra social, que ya existía, aumenta y la distribución de la riqueza se polariza, al final todas las medidas macro solo servirán para seguir acentuando la disparidad en el reparto de la riqueza, manteniendo a un hijo de la economía mal criado: el sector financiero global, siempre preparado para hacer la pifia más grande sin asumir las consecuencias.

[La crisis está servida, su impacto económico está por llegar]

Ahora pensemos, por un momento, en términos de coste de oportunidad: si hubiésemos dedicado los fondos y el esfuerzo necesarios para mitigar el problema social que ha causado esta crisis, ¿habría costado los 54.200 millones de dólares que ahora se están contabilizando en los balances bancarios?, ¿y el coste en términos de crisis de confianza estimado en los 0,46 puntos porcentuales de PIB que dejarán de crecer en promedio las economías de cada uno de los países más desarrollados, comparativamente con 2007?.

{salto de pagina}



¿ECONOMÍA SOSTENIBLE O SOSTENER LA ECONOMÍA?

Estamos ante un ejemplo claro de cómo una expectativa de enriquecimiento a costa de una clase social sobre endeudada tiene su límite y no es sostenible a corto, medio, ni largo plazo.

Sufrimos una situación provocada por una visión de corto alcance, dirigida a sostener la economía manteniendo los hábitos del “consumidor subsistencia” e “individualista”, que comentábamos los meses anteriores.

Cuanto antes levantemos la vista del día a día, y emprendamos la búsqueda de soluciones económicas y políticas de largo alcance, en las que los componentes sociales y medioambientales se incorporen a las decisiones de negocio, iremos descubriendo nuevos caminos en los que la crisis de las hipotecas basura nunca vuelvan a producirse.