Los bakas están siendo expulsados ilegalmente de sus tierras ancestrales en nombre de la “conservación” porque buena parte de su territorio se ha convertido en “áreas protegidas”, incluidas las zonas de safaris de caza.
En vez de perseguir a los poderosos individuos que actúan a escondidas organizando la caza furtiva, los guardaparques y los soldados persiguen a los bakas que cazan solo para alimentar a sus familias.
Los bakas y sus vecinos acusados de “caza furtiva” se enfrentan a arrestos, palizas y torturas. Muchos bakas aseguran que amigos y familiares suyos han muerto como consecuencia de los golpes recibidos.
El Ministerio de Fauna y Bosques de Camerún, que contrata a los guardas forestales, recibe financiación de WWF. La organización también proporciona a los guardas asistencia técnica, logística y material. Sin su apoyo los escuadrones antifurtivos no podrían operar.
Los estándares de las Naciones Unidas requieren que WWF trate de “prevenir o mitigar las consecuencias negativas sobre los derechos humanos directamente relacionadas con operaciones” incluso cuando no haya contribuido a generarlas. Pero el gigante de la industria de la conservación parece reacio a reconocer esto. A pesar de la evidencia de que escuadrones antifurtivos han abusado gravemente de los derechos de los bakas, WWF sigue proporcionando su apoyo crucial.
Como resultado de la pérdida de sus tierras y recursos, muchos bakas han denunciado un serio empeoramiento de su salud y un incremento de enfermedades como malaria y VIH/SIDA. Y temen adentrarse en el bosque que les ha provisto de cuanto necesitaban durante incontables generaciones.
Un hombre baka le dijo a Survival: “El bosque solía ser para los bakas, pero ya no lo es. Caminábamos por el bosque según las estaciones, pero ahora estamos asustados. ¿Cómo pueden prohibirnos entrar en el bosque? No sabemos vivir de otro modo. Nos golpean, matan y nos fuerzan a huir al Congo”.
El director de Survival, Stephen Corry, declaró hoy: “Los pueblos indígenas son los mejores conservacionistas y guardianes del mundo natural. Conocen mejor que nadie sus tierras y lo que sucede en ellas. Para que la conservación funcione, organizaciones como WWF tienen que ajustarse al derecho internacional, proteger los derechos de los pueblos indígenas y tribales a sus tierras, preguntarles qué tipo de ayuda necesitan para proteger sus territorios, escucharlos y estar dispuestas a respaldarlos tanto como sea posible. Se requiere con urgencia un cambio esencial en el modelo de conservación vigente .”
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