Los indígenas aislados o no contactados son los habitantes más vulnerables del planeta. Se han visto forzados a rechazar el contacto, conscientes de las tragedias que éste ha ocasionado a sus antepasados o vecinos cercanos. Huyen de una vida miserable, llena de enfermedades, violencia irracional, hambre, destrucción y muerte. Huyen del contacto para sobrevivir.
“Avatar nos hace ver que todo está conectado”, dijo en su discurso de agradecimiento, “Todos los seres humanos estamos conectados los unos a los otros, y todos lo estamos a la tierra”.
‘Survival International’ ha suscrito el triunfo de las tribus basarwa de Botswana sobre una empresa minera que ha debido suspender todas sus operaciones previstas en el Kalahari.
Desde hace ya un tiempo la comunidad indígena de Guatemala asiste sorprendida e indignada al incremento de mujeres indígenas en la prostitución, una práctica que se opone radicalmente a los principios de los pueblos indígenas.
Existe una localidad andina, en Ecuador, llamada La Esperanza, en la que las mujeres son las que actualmente hacen honor a ese nombre, puesto que a causa del desempleo los hombres son los que se quedan en casa cuidando de los hijos y las mujeres mantienen el hogar.
Durante tres días se han reunido en Bogotá los delegados de las diferentes comunidades indígenas de Ecuador, Perú, Brasil y Colombia.
Varias organizaciones indígenas de Latinoamérica se reúnen desde hoy en Bolivia para analizar los efectos del cambio climático sobre estos pueblos, cuya pobreza y vulnerabilidad se acentúa debido a este fenómeno. Destacó la participación de Carlos Batzin, miembro de la directiva del Consejo Indígena de Centroamérica (CICA).
Según la organización Survival International, dedicada a la defensa de los derechos de los indígenas de todo el mundo, cada dos semanas aproximadamente desaparece una lengua indígena.
Cinco niños y tres adultos indígenas muertos es el balance que dejaron las enfermedades durante el último mes de 2007 en el Valle del Javari, en el estado Amazonas (Brasil).
Al igual que ya ocurriera hace 20 y 30 años, los buscadores ilegales de oro han vuelto a irrumpir en las zonas donde habitan los yanomami, en la parte brasileña del Amazonas.
