Poemas cotidianos
Siempre buscando ese lugar donde habitan las mejores razones del ser humano, nuevo poema de Jordi Siracusa.
Siempre buscando ese lugar donde habitan las mejores razones del ser humano, nuevo poema de Jordi Siracusa.
Nuevo poema de Gloria, que continúa adentrándose en el corazón con sus versos.
En la década de los 90 hizo incursiones en el campo de la narrativa con títulos como El manuscrito carmesí (1990), por el que obtuvo el Premio Planeta, La pasión turca (1993) y La regla de tres (1996), cuyo denominador común es el análisis de las inclinaciones eróticas de los personajes femeninos, cuya sensualidad se manifiesta por medio de un lenguaje convencionalmente poético.
Poeta colombiano, uno de los animadores del grupo “Piedra y Cielo”, surgido en la década de 1930. Su niñez transcurrió en diversos pueblos del centro del país; la tierra de la infancia, edén perdido asociado a la imagen materna, es un tema recurrente en su poesía. En 1925 su familia se trasladó a Bogotá, donde obtuvo el título de maestro y trabajó como docente.
Colaboradora de esta revista, Gloria mantiene su luchador espíritu entre sus palabras de denuncia y la poesía.
Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno.
Miembro destacado de la llamada Escuela de Barcelona, se relacionó con sus componentes Gabriel Ferrater, Carlos Barral, seguramente el más sólido de ellos, y Juan Marsé, que no es estrictamente de esta generación, y se carteó con uno de sus modelos, el poeta de la Generación del 27 Luis Cernuda. En su obra poética recurrió al coloquialismo y a la ironía para destacar asuntos sociales y existenciales y, aún cuando no es muy extensa (siempre prefirió la calidad a la cantidad), se ha considerado como una de las más interesantes de su generación, la de los llamados poetas sociales de la España de los años 50.
Aunque manchego por nacimiento, Gala afirma haberse considerado siempre cordobés por haber transcurrido allí los primeros años de su vida.
Lector precoz de Rainer Maria Rilke, Garcilaso, San Juan de la Cruz y otros autores, estudió desde la temprana edad de 15 años la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla y, como alumno libre, las de Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Madrid, obteniendo licenciaturas en todas ellas.
No cabe duda que, a través de los años, Paz fue una personalidad polémica. Desde muy temprano dejó las formas poéticas tradicionales para lanzarse a la modernidad. Su obra poética pretende “liberar a la palabra de reglas o propósitos utilitarios” para devolverle su esencia mágica, haciendo uso casi exclusivo del pensamiento y de una rima interna y sutil, algunas veces difícil de captar.
Gloria Gallardo, una lectora asidua de la revista, nos envía esta poesía para compartir con todos.
Esperamos que les guste.