Y es que en demasiadas ocasiones, tendemos a analizar nuestra realidad y orientar nuestros pasos sin mirar las huellas que dejamos atrás en el camino (a menudo con la colaboración del “establishment” que a veces saca réditos de borrar el pasado), y que, además de ayudarnos a explicar el presente y elegir nuevos senderos, nos ayudan a no tropezar con antiguos adoquines en nuestra nueva andadura.

El artículo pretende servir de introducción para una serie en la que iremos comparando la evolución de diferentes variables, como el crecimiento económico, la estabilidad financiera o la desigualdad, en diferentes periodos de nuestra historia reciente, con el fin de sacar algunas conclusiones y refutar algunas teorías que hoy se consideran doctrina.

Hoy nos centraremos en diferenciar dos etapas que, especialmente en política económica y social, se suelen observar como antagónicas, aunque ambas enmarcadas en el contexto capitalista. Hablamos de los conocidos como “Treinta Gloriosos” o “Edad de Oro del capitalismo”, que abarca desde finales de la SGM hasta mediados de los años 70, y el periodo que llegó a continuación al mundo anglosajón (entendido en este caso como EEUU y Reino Unido) y que se extendió por Europa Occidental desde los 70 hasta la actualidad. Esta etapa se conoce como neoliberalismo y supuso un retorno a los postulados de libre mercado que dominaban el mundo a principios del siglo XX.

Así que, de alguna manera, en el mundo occidental se han dado durante el S. XX dos tipos de capitalismo. Además, podemos decir, de manera general, que el siglo pasado es capicúa en lo que a ideología económica dominante se refiere, en el sentido de que empezó con la hegemonía de las teorías de libre mercado que murieron con los efectos de las dos Guerras Mundiales y el llamado “crack” del 29, a lo que siguió la época guiada por las teorías económicas cuyo máximo representante fue Jhon Maynard Keynes, en el marco del New Deal estadounidense de Roosevelt y los acuerdos de Bretton Woods. Finalmente, desde mediados de los 70 hasta hoy mismo, hemos vivido el retorno del liberalismo en una variante más desarrollada conocida popularmente como neoliberalismo, cuyo sostén teórico/ideológico se fundamenta en las ideas del premio Nobel de Economía Milton Friedman.

Vamos a tratar en este artículo de definir brevemente algunas de las características principales de ambos periodos, sobre todo en lo que a política económica se refiere.

Los Treinta Gloriosos: Keynesianismo

Con la crisis de 1929, que supuso una depresión económica solo comparable en la historia reciente a la que hemos vivido en 2007, comenzó una nueva forma de entender la política económica que tuvo su origen en EEUU,  con la llegada de Roosevelt al poder y la entrada en escena de economistas como Keynes. Tras la Segunda Guerra Mundial, Bretton Woods sentaría las bases comerciales y financieras entre las potencias industriales más desarrolladas hasta el final del acuerdo en 1971. Durante el periodo 1945-1973 la política económica y social en los países industriales se caracterizó por:

– Un nuevo papel del Estado: Se entiende el intervencionismo estatal como algo fundamental para regular la economía, a través del control de la política monetaria y fiscal y la regulación y control de los mercados financieros. Este periodo fue testigo del nacimiento a nivel práctico de la socialdemocracia y la creación de lo que hoy entendemos como Estado de Bienestar. Las ideas de Keynes, que basan el éxito de la economía en la existencia de una alta demanda agregada favorecieron las inversiones públicas en sectores estratégicos (que afectó positivamente al empleo) y la necesidad de aumentar el poder adquisitivo de la mayoría social para mantener el consumo en niveles altos.

– Regulación de los mercados financieros: tras el desastre del 29, caracterizado por la vorágine especulativa de Wall Street y las prácticas fraudulentas de muchos Bancos de Inversión, el Estado entró de lleno a regular el sistema financiero y a reducir las inversiones especulativas, a la vez que controlaba el riesgo del sistema. La ley Glass-Steagal en EEUU, que separó Banca tradicional y Banca de Inversión, es el mayor exponente de esta nueva corriente.

– Auge de la negociación colectiva: a través de diversos acuerdos, se otorga mayor importancia a los sindicatos, lo que supuso una mejora sustancial de los derechos laborales.

– Política fiscal: Periodo de aplicación de los impuestos progresivos y mayores tasas impositivas a las rentas más altas:

top taxGráfica sobre las tasas impositivas a las rentas más altas de Thomas Piketty

– Proteccionismo: época de mayores restricciones a los flujos comerciales y protección de la industria nacional, en algunos países el proceso fue acompañado de la nacionalización de sectores enteros (como el carbón, gas, electricidad y ferrocarril en Reino Unido y Francia).

– Tipos de cambio fijos: que se instauraron con los acuerdos de Bretton Woods y ligados al dólar, influyeron en la existencia mayores tensiones inflacionarias en diferentes países.

No todos los rasgos anteriores se dieron de la misma manera en todos los lugares, sin embargo, todos ellas fueron aplicadas, en mayor o menor medida en las naciones desarrolladas del mundo occidental y en otras países avanzados, como Japón.

Neoliberalismo: Milton Friedman

Muchos economistas neoliberales justifican el cambio de tendencia que se inició a mediados de los setenta en el supuesto fracaso de las ideas keynesianas y en aquello de “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” cuestionando que el Estado de Bienestar sea viable económicamente.

Yo me alineo más con aquellos que buscan la explicación del cambio de tendencia en otros factores, como el paso de la balanza comercial de EEUU de excedentaria a deficitaria (que se produjo por primera vez en todo el S. XX en 1971) y que llevó a romper Bretton Woods, el temor (que hoy en día es casi enfermizo) a la inflación o el miedo estadounidense al proceso de convergencia económica que acercaba a los países europeos al poder financiero de EEUU, todo ello con la Guerra de Vietnam y sus catastróficas consecuencias (también financieras) como marco.

En cualquier caso, la llegada del neoliberalismo llevó aparejada un cambio absoluto de tendencia en el pensamiento social y económico precedente. Se demonizó y atacó la intervención del Estado en la economía (aunque el intervencionismo no acabó, más bien cambió de signo), se eliminaron los controles y regulaciones en los mercados financieros, se destruyó la fuerza sindical, la política fiscal se reorientó para favorecer a las rentas altas, se produjo la apertura total de los mercados y el libre movimiento de capitales, etc.

No vamos a desarrollar mucho esta parte ya que hemos hablado mucho del neoliberalismo y de hecho lo tratamos de explicar en un artículo anterior.

Lo que hay que entender, yo creo, es que vivimos bajo la influencia de una doctrina socioeconómica que hace pensar en muchas ocasiones que no existen otras opciones, que nunca se aplicaron otras formas de entender la economía. Hemos vivido a lo largo de los últimos treinta años, un desplazamiento hacia la derecha del pensamiento político y económico, no tanto porque los partidos conservadores sean más de derechas (que en algunos casos también), sino porque la socialdemocracia occidental que llegó, por supuesto, con permiso del poder económico y que ayudó a crear el Estado de Bienestar o a aplicar los impuestos progresivos, se ha vendido, en mayor o menor medida, a la ideología neoliberal (con contadas excepciones). Desde Tony Blair a Felipe González, pasando por Schroder. Esto posibilita el auge de un sistema que convierte incluso a la socialdemocracia capitalista anterior, la de los Treinta Gloriosos, en radicalismos comunistas.

Pues bien, utilizando estas dos etapas como referencia y estudiando distintas variables, vamos a intentar mostrar en posteriores artículos que las afirmaciones que hoy la doctrina ortodoxa vende como incuestionables, son como mínimo muy dudosas, cuando no falsas a la luz de los datos.

Artículo publicado inicialmente en apropositodesmith.wordpress.com