Sentado solo estaba

en silla circular

de tapiz verde,

en pequeña mesa cuadrada

descansaban botellas

de color marrón y verde.

 

La barra de la cafetería

rebosaba de clientes

de pie o sentados

en estrechos taburetes,

tomando una cerveza,

un café, un té caliente.

 

Sentado solo estaba

con una servilleta blanca

y un café caliente,

de reojo veía pasar

a la gente por la calle

de enfrente.

 

Mis sueños se reflejaban

poco a poco, lentamente,

en aquella servilleta blanca

que iba rellenando

con sueños y utopías

de un mundo diferente.