El uso de las drogas en la guerra. Pablo del Amo. 28 de Julio 2020
En la guerra siempre se han usado drogas o derivados, la mayoría de los guerreros han entrado en combate colocados o ebrios como una forma de superar el miedo, aumentar su resistencia o energía en el campo de batalla. En este artículo se hará un recorrido sobre las drogas usadas en los conflictos armados, desde los hoplitas griegos hasta las fuerzas especiales de Estados Unidos, con especial énfasis en la Segunda Guerra Mundial.
El alcohol, un uso corriente en la batalla.
El uso del alcohol antes de la batalla es, quizás, el elemento más popular entre las civilizaciones (excepto el islam).Se usaba sobre todo para mitigar el miedo y como estimulante. Los aztecas, por ejemplo, bebían un brebaje llamado “pulque” o “aguamiel”, una bebida fermentada tradicional. Los hoplitas antes de las batallas se emborrachaban con vino, muchas veces excesivamente pues llegaban a la refriega totalmente borrachos. Aunque no era lo único que ingerían los soldados griegos, tal y como atestigua Homero en la Ilíada, los helenos también fumaban grandes cantidades de opio, principalmente como analgésico para soportar el dolor de las heridas.
Los ejemplos se multiplican a lo largo de la historia. Durante la Guerra de los Cien Años, antes de la batalla de Agincourt en 1415, los soldados franceses bebieron sin freno, siendo aniquilados por los arqueros ingleses. Durante las guerras napoleónicas, en la batalla de Austerlitz de 1805, las divisiones de infantería recibieron una triple ración de brandy con el objetivo de incitar a los soldados al combate.
El autor Lukasz Kamienski, en su libro “Las drogas en la guerra”, documenta que en la segunda mitad del siglo XIX, los 36.000 hombres del ejército británico, consumían unos dos millones de litros de ron al año. Además, los soldados británicos de las colonias americanas en el siglo XVIII consumían 87 litros de ron al año por hombre.
Queda claro que el alcohol ha sido utilizado en todas las épocas, como ejemplo está el uso del vodka en el ejército ruso, o el testimonio de un soldado alemán en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, “el vodka purga el cerebro y dilata las fuerzas. Con ello olvido que llevo siete pedazos de metralla en el cuerpo”.
Las drogas en la guerra a lo largo de la historia.
Al igual que con el alcohol, el uso de narcóticos entre los guerreros ha sido una constante en la historia como una forma de prepararse y superar el miedo a la batalla. Otro uso podría ser el de soportar el dolor de las heridas, como ya se ha comentado con el opio en la antigua Grecia. Un caso muy conocido es el de los vikingos berserkers, que consumían hongos alucinógenos como la Amanita Muscaria para entrar en un estado de euforia y frenesí durante la batalla, al igual que los guerreros zulúes que ingerían plantas “mágicas”.
La secta islámica de los asesinos nizaríes, actualmente conocidos por la saga de videojuegos Assassin’s Creed, eran grandes consumidores de hachís, de ahí el nombre de “hashashins”. Durante la campaña de Egipto, los soldados de Napoleón, consumieron grandes cantidades de esta droga para intentar distraerse del calor, con pésimas consecuencias ya que al estar tan colocados les resultaba más difícil formar en cuadro ante los ataques de la caballería mameluca.
El uso de calmantes para mitigar el dolor en la guerra ha sido constante, como señalamos al hablar del opio. Otro ejemplo sería la morfina que, durante la Guerra de Secesión estadounidense, se repartió en grandes cantidades como analgésico, lo que conllevó una epidemia masiva de adicción a este calmante.
Aunque fue en el siglo XX cuando se produjo el uso masivo de drogas por los soldados, durante la Primera Guerra Mundial tuvo lugar un aumento brutal de la demanda y consumo de la cocaína, tanto que buena parte de su producción pasó de la región de los Andes a las Indias Orientales holandesas. La cocaína era consumida principalmente por los ases de caza alemanes, también se administró a los soldados australianos en Galípoli y se suministraba regularmente en general a las tropas británicas en forma de grageas. Su objetivo era claro; aumentar el espíritu y la energía de combate, ya de por sí muy debilitado por el horror de la batalla.
Durante la Guerra Fría se intentó usar las drogas como arma de guerra; un plan estadounidense para lanzar LSD a las tropas soviéticas. También existieron algunas ideas bastantes descabelladas, como la de EEUU de bombardear con feromonas para descontrolar sexualmente a los soldados enemigos.
Lukasz Kamienski relata en su libro que la primera guerra verdaderamente farmacológica fue la de Vietnam, en la que el 60% de los soldados estadounidenses consumían marihuana. En 1973 el 70% de los soldados tomaba algún estupefaciente, ya fuera marihuana, dexedrina (anfetas), heroína, morfina, opio, sedantes o alucinógenos. El ejército estadounidense llegó a poner en marcha un programa de análisis de orina masivos, denominado Operación Flujo Dorado. A raíz de este uso intensivo, se conocía al ejército de EEUU como el “ejército yonqui (consumidor de heroína)”.
En los 90 el Frente Revolucionario Unido en Sierra Leona consumía grandes cantidades de droga (marihuana mezclada con pólvora), y les eran administradas especialmente a los niños soldado. Solían consumirla a través de cortes en la piel para que la sustancia actuara de forma más rápida.
Actualmente los soldados yihadistas son los grandes consumidores de drogas en la guerra. En noviembre de 2008, el grupo Lashkar-e-Toiba de Cachemira se enfrentó durante 60 horas a las fuerzas especiales indias gracias al consumo de cocaína, LSD y esteroides. El captagón o fenetilina es la droga por antonomasia del Estado Islámico. Inventada en 1961, actúa como las anfetaminas; mitiga el miedo, suprime el dolor y es altamente adictiva.
Aunque los yihadistas no son los únicos soldados en la actualidad que consumen drogas, pues el ejército estadounidense suministra dextroanfetamina a sus pilotos, aunque de manera limitada y controlada. Además, habría indicios de que China ha descubierto un estimulante de última generación llamado night eagle con posibles usos militares.
Las drogas en la Segunda Guerra Mundial
Como ya se comentó anteriormente, el siglo XX supuso un punto de inflexión en lo que se refiere al uso masivo de drogas en la guerra. Tanto los ejércitos del eje como los aliados, impulsaron el consumo de la anfetamina y la metanfetamina para combatir el sueño de sus soldados, así como estimular su valor y reforzar su resistencia física.
Los nazis fueron pioneros en usar la anfetamina o “speed” con finalidad militar, creando para ello la pervitina, que potenciaba la atención, eliminaba la necesidad de dormir y disminuía el miedo. En 1940 los alemanes recibieron más de 35 millones de pastillas de pervitina. Esta droga fue particularmente usada por los tanquistas y los aviadores en las invasiones de Polonia y Francia. El abuso de la metanfetamina causó graves problemas de salud, actitudes violentas e indisciplina entre los soldados, por lo que se disminuyó su uso y se destinó exclusivamente a las tropas de élite. El propio Hitler se volvió un adicto a las drogas, según reveló su médico, que desde 1943 le inyectaba diariamente un cóctel , que incluía esteroides, opiáceos y decenas de otras sustancias.
Como ya se ha destacado, no sólo los alemanes se valieron de las drogas en la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos británicos y estadounidenses también. El consumo de speed fue masivo en las batallas del Pacífico y África. Los aviadores británicos ingirieron grandes cantidades de speed para hacer frente al cansancio de las largas jornadas de vuelo en el Atlántico. Algunos autores afirman que su uso fue clave para la victoria sobre la aviación alemana en la batalla de Inglaterra en 1940. En la Batalla de El Alamein, en África, el general británico Montgomery, justo antes de la ofensiva, mandó distribuir 100.000 pastillas de bencedrina (anfetas) entre sus tropas con la esperanza de que influyese en una victoria sobre Rommel. En la posterior operación Market Garden en Países Bajos, los paracaidistas británicos recurrieron también a la bencedrina para poder sobreponerse a la exigencia de los combates. Se calcula que los británicos consumieron un total de 72 millones de pastillas de anfetas durante la guerra.
En 1942 las fuerzas aéreas estadounidenses adquirieron grandes cantidades de bencedrina, utilizada por los pilotos de bombarderos debido a sus largas misiones en Alemania y Japón. Fue al año siguiente cuando su consumo pasó a las tropas terrestres, especialmente en el Pacífico, para contrarrestar el miedo que les producían los ataques suicidas de los soldados japoneses. Según algunos autores los estadounidenses consumieron entre 250.000 y 500.000 pastillas de esta droga.
No obstante, también se consumían drogas en el otro bando del Pacífico, pues muchos de los kamikazes japoneses iban colocados de opio y metanfetamina cuando llevaban a cabo sus ataques suicidas. En este caso, los japoneses consumían Philopon.
¿Y la Unión Soviética? fue la única potencia que se abstuvo del consumo masivo de stupefacientes. Los soldados soviéticos tomaban vodka, valeriana en infusiones y excepcionalmente cocaína para combatir la fatiga. Aun así, curiosamente se tuvo que enfrentar en 1939-1940 al país con mayor consumo legal, y medicinal, de heroína per cápita, Finlandia. El ejército finés se valió en su guerra contra la URSS de un consumo masivo de heroína, morfina y opio, principalmente para combatir el terrible frío invernal además del dolor de las heridas e infecciones.
En 1941 en la reanudación de la guerra, el ejército finés distribuyó 250 millones de tabletas de heroína y morfina. Además, al estar aliado el Gobierno finés con el Tercer Reich, Finlandia adquirió de Alemania 850.000 tabletas de pervitina (anfetas) para sus unidades especiales. Como curiosidad, según testimonios de soldados fineses, era recomendable que solo tomara anfetamina el esquiador de cabeza de las unidades de élite, pues se corría el riesgo de que los soldados colocados iniciaran una carrera para ver quien llegaba primero.
Como se ha podido comprobar, las drogas y la guerra han estado unidas a lo largo de la historia. A pesar de la gran documentación que hay al respecto, aún hoy día hay un ligero tabú en lo que se refiere a representar este hecho en la cultura popular, quizás con la salvedad de la Guerra de Vietnam. Al igual que las tácticas y el armamento, las drogas sufrieron una evolución según fue evolucionando la guerra, pasando de la ingesta del opio al consumo masivo de pastillas.
Publicación original descifrandolaguerra
Comentario de Jorge E. Macías Jaramillo.
Las guerras hay que evitarlas, pararlas, extinguirlas. Negociar, arreglar los conflictos con la estrategia : GANAR GANAR (Ganas Tu, Gano Yo,Ganamos Todos) que sí resuelve conflictos.
La Estrategia Ganar Ganar es exitosa para prevenir y resolver conflictos “Guerras” con el objetivo del beneficio mutuo.
Se basa en buscar soluciones donde todas las partes involucradas participen presentes cara a cara, en comunicación YO-TU-NOSOTROS circular. Son altamente resolutivos en el Aquí y ahora.
Sin: dejarlo para mañana o después, no hay jerarquías, ausentismo, manipulaciones, egoísmos, chantajes, sin prejuicios ni diferencia alguna, sin Supremacismo, amenazas, corrupción ni veto, donde todos obtienen beneficios.
Como hemos visto muchísimos soldados van a la fuerza a las guerras: Estresados y con poderosas armas, si además van drogados como negar que cometen atrocidades y crímenes de guerra.
Crímenes de lesa humanidad si los mandan desquiciados a matar..
Pregunta Interesante: ¿Quiénes son los actores intelectuales de estos crímenes de guerra y de lesa humanidad?: Sus Jefes militares de rango superiores a ellos son los primeros en llevar a los tribunales, porque un soldado de inferior rango de no obedecer, le aplican consejo de guerra y probablemente la pena de muerte como escarmiento para que nadie se revele.
Lo mejor de las guerras es evitarlas, prevenirlas, negociarlas, suspenderlas. Vivir la Paz de millones de personas a través de la historia y en la actualidad.
La que propone el Ex presidente de México Don Benito Juárez García (1858 a 1872) ENTRE LOS INDIVIDUOS COMO ENTRE LAS NACIONES EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ. como un principio fundamental de convivencia y de vida humano.
Yo continúo con mi afirmación: las guerras son producto de la estupidez Humana.
Comparto el mensaje del piloto de guerra nazi que más aviones derribó, apresado y llevado a Siberia. Erich Hartmann sobrevivió a la guerra y nos dejó este mensaje que los promotores de las guerras no quieren escuchar:
“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian pero no se matan”
Erich Hartmann.
ALTO A LAS GUERRAS.
POR UNA PAZ DURADERA
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