Como un Julio Verne moderno, Cordeiro imagina un futuro supertecnológico, donde el desarrollo supere todas las deficiencias humanas y nos convierta en seres casi perfectos. ¿Es esta idea de postmodernidad la nueva tierra prometida?
En el siglo XVIII, la sociedad estaba sumida en lo que Hobbs calificaba de inherente condición humana: la pobreza. Sin embargo, a partir de la Revolución Industrial el crecimiento de la economía mundial fue imparable: un 100% en el siglo XIX, un 400% el siglo pasado, y quién sabe si alcanzará el 2000% a finales del siglo XXI. Según Cordeiro, que también es presidente Emérito de la World Future Society (Venezuela), «en los próximos 20 años presenciaremos más cambios que en los últimos dos milenios».
Ray Kurzweil, amigo personal de Cordeiro, es autor de La singularidad está cerca, el libro más vendido sobre ciencia y tecnología, definido por Bill Gates como el mejor libro del mundo. El ensayo se basa en la conocida Ley Moore, extraída precisamente de la Ley de Cambios Exponenciales, la cual defiende que entre los años 2029 y 2045 existirán computadoras con mayor número de conexiones que el cerebro humano, el sistema más complejo del universo conocido. Presenciaremos entonces, según sus palabras, «el fin de la edad humana». En eso consiste, en efecto, la singularidad: la superación de la ciencia y la tecnología con respecto a las capacidades del hombre.
Y ya está sucediendo. La secuencia del genoma humano permite conocer las deficiencias genéticas para prevenir enfermedades, así como realizar ensayos sobre la descendencia. «Somos la última generación no diseñada genéticamente, es decir, la última generación imperfecta». Gracias a ello, enfermedades como el parkinson, el alzheimer e incluso el cáncer serán erradicados del cuerpo humano. Los avances en el campo de la genética le deben mucho a la tecnología: uno de los primeros ensayos costó un millón de dólares y duró trece años, entre 1990 y 2003, mientras que las previsiones apuntan a que, en el año 2025, no harán falta más de 10 euros para conocer la secuencia genética de una persona en solo un minuto.
El desarrollo se basa en cuatro ámbitos de investigación reunidos bajo las siglas NBIC: podríamos decir que la Nanotecnología y la Biotecnología se ocupan del hardware de los estudios, y, tanto la Infotecnología como la Cognotecnología, del software. La primera de todas se dedica al estudio de los átomos y las partículas para la creación de herramientas a nivel molecular, disminuyendo el uso de materias primas y reduciendo por lo tanto los deshechos: «en un futuro no tan lejano desaparecerá el término ‘basura’», asegura Cordeiro. En este sentido, el proyecto Made in Space ha conseguido utilizar impresoras 3D en el espacio, donde hasta ahora era imposible crear cualquier dispositivo debido a la falta de gravedad.
Por su parte, la Biotecnología es una variante de la disciplina anterior, con aplicaciones en la materia viva. Es el caso de la clonación terapeútica:desarrollar órganos humanos sanos idénticos a los originales para sustituir a aquellos destruidos por una enfermedad. Otra aplicación biotecnológica es la llamada ‘de-extinción’, gracias a la cual se pueden recuperar especies extintas partiendo de la secuenciación de su genoma.
La Infotecnología trabaja por la conexión global gratuita. Google prometió que daría acceso a internet a todas los puntos del mundo en un plazo de diez años. Sin embargo, el crecimiento de su tecnología y el uso de globos sonda les ha llevado a rectificar: dentro de dos años, el mundo entero podrá compartir información de manera instantánea gratuita. La carrera por la conexión incluye a Facebook y Outernet, que trabajan con drones y microsatélites respectivamente. Cordeiro pone como ejemplo a la computadora Watson, conocida por ganar el concurso televisivo más difícil del mundo, Jeopardy, utilizando además referencias artísticas y recursos humanos como la ironía. Desarrollada por IBM, actualmente se ha convertido en una aplicación disponible y gratuita, además de la base para un futuro proyecto sobre un doctor que contenga toda la información médica existente y sea capaz de diagnosticar y tratar cualquier enfermedad.
Por último, la Cognotecnología trabaja por el estudio del cerebro humano para la creación de sistemas que alcancen su complejidad, objetivo que en Japón esperan alcanzar en apenas siete años. Un claro ejemplo es el rápido avance en las capacidades del robot Asimo, de la compañía Honda. Gracias a esta disciplina se están llevando a cabo experimentos como Mindwave y Emotivo, que utilizan electrodos para la transmisión de información y emociones entre ratones, monos e incluso humanos. Dentro de poco la comunicación oral y gestual será reemplazada por la telepatía.
Cordeiro recuerda que existen cuatro formas de ver el futuro: pasiva, «escondiendo la cabeza como los avestruces»; reactiva, actuando en el presente; preactiva, siendo precavidos; y aquella que permite crear un futuro mejor, la proactiva. Sostiene que «el trashumanismo es el inicio de la evolución consciente, y no debemos maldecir la oscuridad, sino alumbrar el mundo con las posibilidades que la tecnología nos ofrece».
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