Ocho minutos transcurrieron desde el despegue del Vega, el encargado de poner la misión en órbita, para que la trayectoria del aparato se desviara sin remedio. El Vega llevaba dos satélites, uno español, el Ingenio, y otro francés el Taranis, un dios principal de la mitología celta, también llamado el atronador, adorado en la Galia, pero también entre los Astures y Cántabros.

Uno no se resigna y piensa que el Ingenio y el Taranis se han ido de copas por estos espacios siderales, ya que no pueden hacerlo ni por España ni por Francia con todos los lugares de alterne cerrados. La misión despegó a las 2:52, hora oficial peninsular, desde la base espacial de Kurú en la Guayana Francesa, un hora en la que, antaño, era muy propicia para seguir la juerga. Así que, a pesar de los lamentos y peticiones de disculpas y perdones de la Arianespace y de la Agencia Espacial Europea (ESA), el Ministerio de Ciencia e Innovación, es decir todos nosotros, hemos perdido doscientos millones de euros.

Pero avisamos de que ni Pedro Duque ni la Administración, ni ninguno de nosotros tenemos la culpa del posible error humano de la Arianspace, no sea que ahora aprovechen algunos para criticar lo que nos gastamos en investigación y vuelvan a sacar a los muertos de paseo y de conteo y a las banderas de todos de manifestación partidista.

La investigación, sea espacial, terrestre o médica es inversión de futuro y alguna no sale bien, lo que no es motivo para que no aplaudamos el intento y sigamos invirtiendo en ella por tierra, mar y aire.  Sin ir más lejos, algunas de las vacunas contra el COVID no llegaran a desarrollarse, pero hemos tenido que pagar por ellas al igual que las que serán un éxito. El secreto, que no lo es, es destinar a la investigación lo que sea menester y que nuestros investigadores puedan desarrollar su carrera en nuestro país.

Es evidente que algunas cosas fallaran porque la búsqueda no siempre es exitosa, pero siempre necesaria. No entenderlo significa perder el ingenio español, si no en el espacio, sí en otras latitudes o por aburrimiento o por falta de medios en casa.