Sobreviviste entre chapas y tornillos solo en un metro cuadrado.
Sobreviste entre mondas con olor azahar y miel, ahuyentando con tus manos los vuelos silenciosos de tus adversarios.
Atrás dejaste la vida imaginaría de horizontes claros entre barras de aluminio y plásticos retorcidos, entremezclándose unos con otros, como un amor imposible.
El olor a plomo y cobre se extendía por tus manos. Pequeños ojos te miraban, mientras tú, con la ilusión de un joven adolescente, unos trozos de pan dejabas deslizar de tus manos a sus manos.
En tu hogar, el amor se hacía un hueco aposentándose entre las agrietadas ventanas capturando la luz que, un orgulloso sol, te prestaba.
Una hermosa sonrisa se dibujaba en tu rostro al pensar en las carreras y juegos que con tu amigo Ashantí harías con el despertar del alba. Pero, nunca llegó. Ashantí emprendió un largo viaje entre el mar y el cielo y tú, sobreviviste solo al encuentro de un juguete roto en aquel basurero, donde las cajas de zapatos se amontonaban regocijándose de su vacío.
Sobreviviste entre chapas y tornillos, pero hoy todo aquello quedo olvidado.
Tu pelo, tus manos, tu cuerpo, ahora huele a flores frescas. Bajo tus brazos, cargados de esperanza, compartes las grandes cajas de zapatos, esta vez llenas de ilusión porque al fin alcanzaste ese mundo soñado.
Os deseo a todos una MUY FELIZ NAVIDAD, con el anhelo de que, estés donde estés, tu espacio sea siempre el infinito y no un metro cuadrado.
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