Shell informó de 204 vertidos en el delta del Níger en 2014, mientras que ENI, que opera en una zona más pequeña, informó del impresionante número de 349.
“Estas cifras son seriamente alarmantes. Es evidente que ENI ha perdido el control de sus operaciones en el delta del Níger. Y a pesar de todas sus promesas, Shell no ha hecho ningún avance en abordar los vertidos”, declaró Audrey Gaughran, directora de Asuntos Temáticos Globales de Amnistía Internacional.
“En cualquier otro país, esto sería una emergencia nacional. En Nigeria parece un procedimiento operativo normalizado para la industria petrolera. El coste humano es terrible: la gente vive con la contaminación todos los días de su vida.”
Las empresas dicen que estos vertidos fueron de sólo 30.000 barriles —5 millones de litros— de petróleo. Sin embargo, dada la gran precariedad de los sistemas de presentación de informes que usan las empresas petroleras, es muy probable que esta cifra sea significativamente inferior a la real.
Royal Dutch Shell
Las empresas petroleras culpan al sabotaje y al robo de la inmensa mayoría de los vertidos. Esta afirmación es rebatida con fuerza por las comunidades y ONG y se ha demostrado que es errónea.
En noviembre de 2014, durante unas actuaciones judiciales en el Reino Unido, Shell se vio obligada a reconocer que había subestimado el volumen de los dos principales vertidos de petróleo en el delta del Níger, después de años de desmentidos.
El volumen de petróleo vertido importa, porque el importe de la indemnización que se abona a las comunidades afectadas es proporcional a la cantidad de petróleo que se calcula que se ha vertido. Shell acordó finalmente pagar 55 millones de libras esterlinas a la comunidad de Bodo, en el delta del Níger, cuando al principio ofreció apenas 4.000 libras.
“Cuando una empresa tiene que pagar 55 millones de libras por dos vertidos de petróleo que al principio intentó hacer pasar por vertidos menores, los inversores deberían tener serias dudas sobre los pasivos ocultos que podría tener Shell en el delta del Níger”, añadió Audrey Gaughran.
“Si se pudieran examinar todos los vertidos de petróleo como se examinaron los dos vertidos de Bodo, se revelaría la auténtica escala de los daños y de las responsabilidades económicas de Shell. Pero no se trata sólo de indemnizaciones económicas: también hay una cuestión humana muy seria. Shell está engañando a la gente para no darle una indemnización justa. El caso de Bodo deja claro lo que cuesta hacer que esta empresa reconozca la verdad sobre los vertidos de petróleo: seis años y unas actuaciones judiciales en el Reino Unido. ¿Qué pasa con los cientos de comunidades más a las que podría haber engañado?”
Los documentos presentados dentro de las actuaciones judiciales en el Reino Unido revelaron que la empresa supo durante años que uno de sus principales oleoductos era viejo y peligroso, pero no lo mantuvo debidamente.
Además, una resolución judicial británica declaró que Shell tiene la responsabilidad de garantizar la integridad de sus oleoductos.
ENI
El gigante petrolero italiano ENI, propietario de la Nigerian Agip Oil Company, es un actor más pequeño que Shell en el delta del Níger y ha recibido menos atención, pero el número de vertidos de petróleo de sus operaciones exige medidas urgentes tanto del gobierno nigeriano como del italiano.
Además de los 349 vertidos de 2014, ENI informó de más de 500 vertidos de petróleo en 2013. Por su parte, el organismo regulador nigeriano informó de 474 vertidos de petróleo de las operaciones de ENI en 2012.
“El gobierno italiano debe investigar lo que está pasando en las operaciones de ENI en Nigeria. Estas cifras plantean serias dudas sobre posibles negligencias de la empresa que se remontan a muchos años”, dijo Audrey Gaughran.
“Como objetivo prioritario, todas las empresas petroleras en Nigeria deben revelar urgentemente la antigüedad y el estado de sus infraestructuras, revisar sus prácticas de explotación y hacer públicas las conclusiones para que las comunidades sepan lo que está pasando.”
Sea cual fuere la causa, según la legislación nigeriana, las empresas petroleras son responsables de contener y limpiar los vertidos, y restituir las zonas afectadas a su estado anterior. Sin embargo, esto rara vez ocurre. Como consecuencia, los habitantes del delta del Níger viven con el impacto acumulativo de décadas de contaminación.
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